Acariciar a un perro es una experiencia que mola. Por eso lo hacemos. A los primates —o sea, a nosotros— nos mola, y a los perros, por norma, también. A ver, lo dice la antrozoología, no solo yo. 😉 Pero acariciar va un poco más allá de tocarle la cabeza o la cola al perro: dos zonas que no suelen gustarles demasiado, por cierto.
Hoy, voy a tratar con el detalle que se merece el tema de las caricias:cuándo, dónde acariciar y de qué manera. Puede parecer algo obvio, o absurdo (puedes pensar: ¿también hay malas formas de acariciar?, y sí, así es, mucho más comunes de lo que creemos), dependiendo del tipo de caricias podemos activar o relajar a un perro, así como fortalecer el vínculo o incomodar al perro. (más…)
¡Hola! Ayer, cumplí 36 años. Y… ¡ya ves! a estas alturas de la vida pensaba que ya no tendría que trabajar los martes ni los miércoles… 🙁 En fin, que para dar un poco de variedad al blog se me ha ocurrido hablar de algunas cosillas sobre mí (como persona, y como educador canino).
Pensaba subir la entrada ayer, la verdad, pero, luego, me di cuenta de que, aunque el 8 de marzo (en mi caso), también es mi día, pues no lo es tanto como para otros temas más importantes. 😉 Así que intenté visibilizar el trabajo de otras compañeras y reservar este texto y la publicación en Instagram para hoy.
Tómatelo, valga la redundancia, como un pequeño anexo del Sobre mí.
Enseñar a tu perro a dormir en su cama es una de las pautas educativas básicas que todos deberíamos plantearnos en casa. Ofrecer a nuestro colega un espacio personal (o varios), cercano a nosotros y donde no se le molesta durante las horas de descanso (sus horas de descanso) es básico para el bienestar del perro.
Si mantenemos unas pautas coherentes, además, enseñar al perro a dormir en su cama nos permite limitar su acceso a otros lugares de descanso, como nuestra propia cama o el sofá. Por descontado, este punto no es tan simple ni tan sencillo, ya que dependerá de muchos factores:cómo es la cama del perro, si busca un punto elevado para controlar su entorno, qué comportamientos hemos reforzado anteriormente y un largo etcétera.
En cualquier caso, con un poco de paciencia y buenas prácticas, un perro se acostumbrará a dormir en su cama y a tenerla como un lugar de referencia. Hoy, voy a tratar estos dos temas en un único artículo: cómo acostumbrarlo y positivizar su lugar de descanso y cómo crear un comando (por ejemplo, a tu sitio).
¿Cómo empezar a asociar la cama con algo positivo?
La cama del perro es un elemento para su descanso, pero, a menudo, olvidamos que hay otros aspectos que pueden llegar a pesar más. Si tratamos de acostumbrar a un perro a dormir en su cama, pero no tenemos presente dónde colocamos la cama (1), si hemos asociado o impuesto castigos o comportamientos molestos (2) o qué calidad tiene (3), podemos, sin saberlo, estar boicoteándonos a nosotros mismos.
La cama, el transportín o cualquier elemento de descanso son espacios de seguridad, positivos y adaptados a las necesidades del perro.
Hay unos puntos clave a tener siempre presentes:
Su cama es «casa» o «¡azúcar!», o sea, no es un sitio para reñirlo, asustarlo o castigarlo (es más, si me estás leyendo a mí, sabrás que yo defiendo una educación canina amable); es un espacio para premiar, acariciar, DEJARLO DESCANSAR (es decir, no buscar interacción si el perro no la desea) y donde pasan cosas buenas
Reforzar sus interacciones positivas con la cama, felicitarlo o acariciar al perro ayuda a que se acelere este proceso; por el contrario, poner allí a tu perro a la fuerza o utilizar conductas basadas en la imposición o el miedo,generará asociaciones negativas con su zona de descanso (por esto, tampoco es buena idea reñir a tu perro por hacer caca donde no debe)
Si le dejamos dormir en nuestra cama es probable que no quiera dormir en la suya. ¿Por qué? Sencillo. Primero, porque no estás manteniendo una «estructura coherente» (a veces sí, a veces no); segundo, porque tu colchón es, casi seguro, más cómodo y está mejor ubicado que el suyo
En relación con este punto… ¿es malo? No. Es convivencia. Por esto, es importante que todas las personas de la casa mantengan las mismas normas. Si dejamos a un perro dormir con nosotros, dejamos a un perro dormir con nosotros (siempre que quiera); no le dejamos hasta que… porque, entonces, el perro no lo va a entender (o va a tener que extinguir una conducta, con la frustración asociada que supone, y reforzar otra). En este punto, podríamos alargarnos (por ejemplo, crear una señal para que el perro entienda cuándo sí y cuándo no), pero considero que seguirá siendo una mala idea. (más…)
¿Os habéis fijado que muchas grandes superficies no cuentan con bolsas biodegradablespara las cacas de los perros? En la mayoría de los supermercados —Mercadona, Carrefour, Lidl— no encontramos alternativas verdes o compostables. Esto tiene más «chicha» de lo que parece, porque obliga a acudir a otros centros, a realizar pedidos por Internet (aumentando la huella ecológica), o… a limitarse a no pensar y optar por la vía rápida: generar más plástico.
¿No es un poco estúpido que tengamos que escoger entre contaminar el planeta de una forma u otra? O bien dejando la caca en el suelo (no lo hagáis, que es una guarrería, y encima os multarán), o bien recogiéndola con una bolsa de plástico.
¿Existen alternativas? Sí, aunque no siempre de fácil acceso. Por esta razón, he decidido crear una pequeña guía de bolsas biodegradables y bolsas de lenta degradación o no degradables para perros. Además, aunque a menudo se nos olvide, hay otras formas interesantes de recoger deposiciones que vamos a contemplar en el artículo: paletas, papel de periódico e incluso aspiradores (en serio, ya verás).
¿Con qué se recogían antes los excrementos caninos?
Vamos a poner esta pregunta en contexto. Por un lado, hace unas décadas, no existía la conciencia cívica y ecológica actual; es decir, para empezar, no se consideraba un problema tan grave y parece ser que, hasta 1997, no existió una ley al respecto, recogida en la Ley 5/1997, de 24 de abril, del BOE.
También hay que tener presente que…
Hasta los años 80 y 90, el perro era un animal muy presente en el campo, pero no en la ciudad (concepción utilitarista, muy distinta a la idea de animal de familia actual)
El aumento del número de perros en la ciudad: en el censo de 2012 había 29.121 animales censados en Barcelona; en 2016, 49.454 y, en 2020, casi 80.000; cifras que, probablemente, alcancen el doble de perros.
Siempre ha habido hábito de recoger las cacas de los perros y, curiosamente, con materiales biodegradables que han caído parcialmente en desuso, como el papel de periódico
Hay entradas que tienen que estar en el blog de educación canina. En este caso, la relación de tu perro con la clínica y su equipo (o sea, la primera visita de tu perro al veterinario) es una de ellas.
¿Qué ocurre con este tema? Por regla general, este tema se trata de otra forma como se puede comprobar con un par de búsquedas por Internet.
Sin embargo, teniendo en cuenta que la identificación canina (el microchip) y la vacunación y la desparasitaciónson imprescindibles, la realidad es que muchos/as guías caninos obvian lo importante que es una buena asociación perro, centro y veterinario, qué suponen las manipulaciones y cómo deberíamos gestionar primeras visitas.
La primera visita se hace a (partir de) los 2 meses de edad.
El veterinario revisará ojos, dientes, piel, mucosas; tomará temperatura, auscultaráy (te mandará) a tu casa.
Por descontado, si vamos durante un episodio de enfermedad (tras la adquisición o la adopción), el veterinario puede plantear desde análisis de orina, sangre o heces a radiografías, ecografías, etc.
En la primera consulta, suele identificarse al perro con microchip y se programará la pauta de vacunación y desparasitación.
Te dejo aquí un enlace de Experto Animal con cuestiones básicas de este tipo (cachorros, veterinario, primeras veces).
¿Cómo asociar el veterinario a una experiencia positiva?
Estamos hartos y hartas de oír que los perros son unos «cracks» asociando, pero nos sorprendemos cuando, de golpe, se plantan o te arman la de Dios es Cristo para no entrar en la clínica veterinaria o para largarse de ahí.
Hay tres cosas que deberían preocuparnos siempre, no cuando se convierten en un problema:
Una, cómo tolera el perro las manipulaciones (tocarle, manipularle) y qué podemos hacer para que lo asocie con experiencias más positivas
Dos, quién dirige la clínica, qué servicios ofrecen, cómo tratan a los animales durante todo el proceso (recepción, anamnesis, pruebas, diagnóstico…); como educador, a menudo veo cómo se pincha en cuestiones como la etología (psicología canina) y las manipulaciones.
Las reseñas son una primera toma de contacto útil para saber qué podemos esperar de la clínica veterinaria y de sus profesionales.
Tres, ¿quién conoce a su perro? (o debería…) ¡Exacto, tú! Y como guía tienes una gran responsabilidad desde la primera visita, así como para explicar a los encargados del centro qué deberían saber.
Al final de este (difícil) 2021, quiero desear unas estupendísimas Navidades en familia a todos y todas. Este año, más que nunca, agradezco enormemente el seguimiento y la confianza en Dog Ventura.
Aprovecho mi último día de curro (de este año) para recordar dos cosas que me parecen muy importantes en mi trabajo y que, cada mes, repito entre decenas y cientos de veces. Como siempre digo, tomadlas como un consejo amistoso y no como una verdad absoluta, porque esas no existen, ni en la educación canina ni en ninguna otra faceta de la vida.
Por un lado, considero que es importante empezar a entender que la educación de un perrono dura unos meses, sino toda la vida del animal. Hace poco, escuché una comparación curiosa: educar a un perro, a un gato, a cualquier animal doméstico, se asemeja a plantar y cuidar un hueso de aguacate, debido al tiempo, la paciencia y la dedicación que supone.
Huesos de aguacate
Sin embargo, esta metáfora se podría estirar hacia cualquier árbol, ¿no crees? Cuando lo plantamos, el árbol joven requiere de unos cuidados y una dedicación que una encina o un olivo centenario no necesitarán, pero… aquí está clave: esto no quiere decir que podamos descuidar la relación. Habrá años en los que el árbol puede enfermar, vendrán sequías, inundaciones, vientos que pondrán a prueba su resistencia… (más…)
Subo este artículo —quizá el último del año— para recopilar cambios, «adioses» e ideas para el futuro. Sí, algo así. Igual que ya he hecho anteriormente (aquí, y aquí) actualizando el estatus del proyecto, sirve como refrito para recoger los principales temas asociados a Dog Ventura en este 2021. Un año que empezó raro de coj***, pero que, entre todos, hemos arreglado bastante, ¿no?
Lo divido en tres grandes temas/bloques:
Cambios en los servicios
Grupos de trabajo y educación canina
Nuevos colaboradores
Estatus del proyecto: Servicios (a partir de 2022)
A partir de 2022, en Dog Ventura se consolidan algunos cambios importantes.
Si habéis sido clientes/as entre 2020 y 2021, sabréis que, en un inicio, había algunos servicios complementarios. Poco a poco, el tiempo para diversificar en esos servicios se me ha hecho imposible, entre otras cosas, así que algunos desaparecen definitivamente y otros se mantienen gracias a colaboradores/as de confianza.
Educación canina y relacionados
A medida que el trabajo como educador (canino) ha ido creciendo (mucho, mucho; ¡gracias!), sé que algunos otros servicios han ido perdiendo algo de relevancia en la web. Por esto, antes de crear esta entrada, también veía muy interesante encontrar soluciones a medio y largo plazo.
A partir de 2022, también me he rodeado de equipos afines por si no llego a todos los bichejos que me traéis, como Helena Castro de BeWoof. ;-), (más…)
Cuando empiezo cualquier sesión, módulo o curso orientado a conseguir un buen ciudadano canino, una de las preguntas más típicas que me hacen es: ¿por qué mi perro tira de la correa?Suelo dar la siguiente respuesta: porque quiere llegar a un sitio. Esa es la clave en el 90 % de los casos.
Por descontado, hay muchísimas situaciones y habría que analizarlas una por una para dar respuesta (¿hacia dónde vais? ¿vais al parque? ¿hay otros perros cerca? ¿cuánto mide la correa? ¿tu perro es un cachorro? ¿cuál es su estado emocional? ¿tiene miedo?). Por lo tanto, este es uno de esos temas y artículos que debes leer sin buscar una verdad absoluta, porque los perros tiran de la correa por mil razones, pero hay una ley universal que se cumple siempre, así que empezamos por ahí, ¿vale?
TU PERRO TIRA DE LA CORREA PORQUE LE FUNCIONA.
Parece evidente, pero quizá no lo es tanto, ya verás. Vamos a reformular la frase anterior, ¿de acuerdo? Tu perro tira de la correa porque tirando consigue aquello que quiere, y consiguiendo aquello que quiere, se refuerza en la conducta de tirar.
¡Algunos ejemplos para verlo más claro aún! (más…)
Hace unos días, publiqué un clip informativo en Instagramsobre qué hacer si tu perro tiene miedo a los petardos. En parte, generalizar sobre estos temas es lo peor que se puede hacer y, del mismo modo, informar a través de experiencias propias nos aleja del método científico y nos acerca a los «consejeros de pipican».
Por lo tanto, creo que es interesante ampliar información en un artículo bien documentado, con fuentes de referencia y que sirva para complementar el clip, que suele ser un post corto y con los puntos principales sin desarrollar. Aun así, los perros pueden generar miedos, fobias y procesos de sensibilización que debería tratar un profesional (educador canino, etólogo clínico, etc.); por esta razón, no podemos 1) ni generalizar ni 2) creer que una modificación de conducta es seguir una hoja de instrucciones.
La realidad: perros con miedo a los petardos
Hay un porcentaje altísimo de perros con miedo a los ruidos fuertes.Se estima que entre un 53 y un 74 % de los ejemplares de perro (Canis lupus familiaris) tienen miedo a los ruidos de la pirotecnia.
La investigadora veterinaria Jessica Perry Hekman […] señala que la fobia al ruido sí que podría tener algún componente genético (algunas razas como el border collie parecen tener más predisposición) y que está, a menudo, asociada con la ansiedad por separación, sugiriendo que puede existir algún desorden de ansiedad subyacente.
A menudo, el miedo se manifiesta como inseguridad, estrés o ansiedad en niveles menores y como un rapto emocional o amigdalar en fobias o emociones que pueden llegar a ser abrumadoras. (más…)
Estás en la protectora… firmas los papeles de la adopción de ese colega de cuatro patas con el que has sentido amor a primera vista, y empieza una nueva vida. Ahora dejáis atrás el centro, en coche, y los nervios, el deseo, las ganas de que él o ella vea todo lo que le espera se apoderan de ti y de toda la familia. Es normal —tiene que ser así—, pero antes de que todo se acelere a vuestro alrededor, hay algo que debemos grabarnos en la cabeza: empieza el periodo de adaptación del perro a su nuevo hogar.
La importancia del periodo de adaptación del perro
Quizá pienses: ¿Periodo de adaptación del perro? ¡Pero si solo le vienen cosas buenas ahora! No obstante, recuerda que los perros son animales de rutina, e incluso aquel más tranquilo, equilibrado y «buenazo/tontorrón» sufre una transformación general de sus rutinas: su chenil compartido o no, su inexistente rutina de paseos, su relación con otros perros del refugio… Y mucho más: olores, tipo de pienso, personas que van, personas que vienen, tiempos de juego, ubicación incluso. (más…)
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