Pasear a un perro sin tirones… es posible

Una de las consultas más habituales de las familias es por qué su perro tira. Pasear a un perro sin tirones, no obstante, no tiene tanto que ver con pasear como con todo lo que hay a su alrededor:

• entradas y salidas,
• collares, arneses,
• conductas que se premian sin querer,
• genética del animal, edad, rutina…

Sin embargo, si quieres hacerte una idea detallada de por qué los perros «refuerzan» las conductas de tirar y pasean tirando, te recomiendo este otro artículo del blog. Allí, encuentras el por qué, 99 % seguro.

Aquí, en cambio, vamos a ver algunos ejercicios que van a enseñarte cómo pasear a un perro sin tirones. A tu perro, y a cualquier perro. También te recomiendo 2 vídeos de mi canal de YouTube con ejercicios útiles.

Y ahora sí, empezamos.

Pasear… sin tirones

Piensa que un perro tira de la correa porque le funciona. No estamos hablando de aplicar tensión en un momento concreto, sino de pasear «ahogándose». Aplicar tensión en un momento puede deberse a mil razones y, aunque no es ideal, nadie suele verlo como un problema.

Conseguir un paseo sin tirones, pues, pasa por enseñar a tu perro conductas alternativas que le permitan obtener lo que quiere (avanzar, oler un árbol, saludar a un perro) sin esa tensión.

Para ello, empieza con un ejercicio muy simple.

Necesitarás una correa larga y un collar o un arnés. Si has estado trabajando con collar, puede ser interesante cambiar la herramienta a un arnés para acelerar las primeras fases del trabajo (si bien, luego, tendrás que volver a trabajar con collar, y también puede darse un efecto conocido como «recuperación espontánea»: tú decides).

Paso 1. Muévete. Si el perro aplica tensión, párate. No apliques (tú) más tensión, no estires hacia ti. No des NINGÚN tirón de correa. Espera a que el perro deje de aplicar tensión en la correa. Vuelve a avanzar.

Si el perro se bloquea, puedes hacer un «sonido» (silbido, beso al aire) y, cuando alivie la correa, volvemos a retomar el paseo.

Paso 2. Si avanzamos sin tensión, podemos felicitar y premiar al perro incluso. En la mayoría de los casos, vale la pena no crear «expectativa» con comida; sin embargo, si nuestro perro ha tenido malos aprendizajes, puede ser útil.

Paso 3. Cogeremos algunos trozos de comida y los lanzaremos a una distancia en la que el perro debe aplicar tensión para llegar. Si el perro no aplica tensión, nos acercaremos y le dejaremos coger la comida; si el perro aplica tensión, esperaremos, cuando se «corrija», avanzaremos y le dejaremos coger la comida.

Paso 4. Generalizamos la conducta anterior para llegar a árboles, olores, perros y personas. Si hay tensión, esperaremos.

Paso 5. Empezaremos a «jugar» con el largo de la correa, para enseñarle que, durante el paseo, no debe haber tensión con 4 metros de correa, pero tampoco con 1 metro o 50 cm.

Paso 5. Aplicamos cambios de dirección durante los ejercicios. Si el perro no tensa, seguimos caminando (y felicitamos); si hay tensión o intenta ir en dirección contraria, sostenemos esa tensión y esperamos. Si no reacciona, aprovechamos el «sonido» (foco atencional) del silbido o beso al aire.

Paso 6. Progresivamente, nuestro perro nos empezará a seguir (o a estar atento a nosotros cuando caminamos), por lo que podemos premiar estas conductas de seguimiento (instinto de seguimiento).

Entrenamiento avanzado

Resulta muy útil optar por correas largas y aumentar la exigencia, poco a poco. Muchas veces, los perros no han podido aprender el ejercicio anterior y tienen que pasear con correas de 50 cm o 1 m. En las correas cortas, la tensión llega casi de forma instantánea, por lo que es muy difícil que el animal entienda el ejercicio.

Además, es habitual que nos frustremos, gritemos, peguemos tirones de correa o tratemos de contener al perro «para enseñarle a no tirar» (mírate el segundo vídeo que he puesto arriba, si es tu caso).

Podemos dividir los ejercicios de «tensión», «cambios de dirección» e «instinto de seguimiento» y trabajarlos por separado, si es necesario.

También podemos enseñar a nuestro peludo a trabajar con collar y arnés, para una mayor versatilidad. Es probable que, si ha tenido experiencias «reforzantes» con uno u otro objeto, la conducta no sea la misma, por lo que valdrá la pena hacer un trabajo más exhaustivo.

No caigas en el típico error

Pasear a un perro sin tirones se refuerza… paseando a un perro sin tirones. Parece una tontería, pero no lo es. Por lo tanto, es posible que necesites encontrar espacios, herramientas y rutinas que te ayuden a conseguir la conducta necesaria.

Lo más importante es no caer en el error habitual: hoy me he frustrado, y le dejo tirar, o pasear tirando, o hacer lo que quiera… Este error lleva hacia un refuerzo intermitente (a veces, al perro SÍ le funciona tirar, por lo cual tirará más y más).

¡Espero que estos consejos te sean de ayuda! El paseo (casi) perfecto está mucho más cerca de lo que crees. 😉