Un poco catastrofista, como le gusta a Google Discover.
En el artículo (del que citaré varios fragmentos aquí), trataba temas que cada vez son un problema más gordo para el sector canino. Por un lado, la burbuja de la formación en línea (hay tanta oferta que, a menudo, cuesta saber cuál vale la pena); por el otro, la digitalización.
El salto a las asesorías caninas on-line
Y sí, aunque parezca difícil de entender, los educadores caninos están dando el salto a las asesorías on-line. El famoso mantra de «para adiestrar (o, mejor, educar) hay que tocar pelo», queda atrás. Cada vez se trabaja más a distancia y menos en presencial. Hay personas que ni tan siquiera trabajan en presencial, pero de eso hablaré luego.
La imposibilidad de sesiones presenciales obligó durante la pandemia a realizar trabajos en línea, casi siempre apoyados por grabaciones de vídeo.
Un etólogo analiza la conducta animal, mientras que un educadorentrena a los perros. Entre las principales diferencias está el hecho de que un etólogo (siempre que sea veterinario) puede prescribir medicación, tiene formación superior (reglada) y suele centrarse en problemas concretos del comportamiento, mientras que un educador canino tiene conocimientos extra de adiestramiento, habilidades y pautas educativas.
Pero todo esto tiene muchos matices (si solo quieres los matices, al final de este artículo tienes enlace a otro sobre educación, adiestramiento y etología).
Hace unos meses, empecé a generar contenido de educación canina para YouTube. (Las primeras impresiones, las compartí aquí.) Medio año después, más o menos, me he hecho una idea más clara de algunas cosas que suelen mover visualizaciones, otras que no y lo que exige el algoritmo, que no es poca cosa.
Sin embargo, os preparo este artículo con mucho cariño, ya que (creo que) es buen momento para compartiros algunos de los vídeos básicos sobre obediencia canina funcional, ejercicios útiles para el día a día, actualizaciones sobre la Ley de Bienestar Animal (que ha tenido mucho telita) o conceptos básicos de etología y adiestramiento. Como te puedes imaginar, te invito a visitar el canal (¡y a suscribirte!, como suele decirse), pero también te comparto aquellos vídeos que considero más interesantes.
¡Hola! Ayer, cumplí 36 años. Y… ¡ya ves! a estas alturas de la vida pensaba que ya no tendría que trabajar los martes ni los miércoles… 🙁 En fin, que para dar un poco de variedad al blog se me ha ocurrido hablar de algunas cosillas sobre mí (como persona, y como educador canino).
Pensaba subir la entrada ayer, la verdad, pero, luego, me di cuenta de que, aunque el 8 de marzo (en mi caso), también es mi día, pues no lo es tanto como para otros temas más importantes. 😉 Así que intenté visibilizar el trabajo de otras compañeras y reservar este texto y la publicación en Instagram para hoy.
Tómatelo, valga la redundancia, como un pequeño anexo del Sobre mí.
Al final de este (difícil) 2021, quiero desear unas estupendísimas Navidades en familia a todos y todas. Este año, más que nunca, agradezco enormemente el seguimiento y la confianza en Dog Ventura.
Aprovecho mi último día de curro (de este año) para recordar dos cosas que me parecen muy importantes en mi trabajo y que, cada mes, repito entre decenas y cientos de veces. Como siempre digo, tomadlas como un consejo amistoso y no como una verdad absoluta, porque esas no existen, ni en la educación canina ni en ninguna otra faceta de la vida.
Por un lado, considero que es importante empezar a entender que la educación de un perrono dura unos meses, sino toda la vida del animal. Hace poco, escuché una comparación curiosa: educar a un perro, a un gato, a cualquier animal doméstico, se asemeja a plantar y cuidar un hueso de aguacate, debido al tiempo, la paciencia y la dedicación que supone.
Huesos de aguacate
Sin embargo, esta metáfora se podría estirar hacia cualquier árbol, ¿no crees? Cuando lo plantamos, el árbol joven requiere de unos cuidados y una dedicación que una encina o un olivo centenario no necesitarán, pero… aquí está clave: esto no quiere decir que podamos descuidar la relación. Habrá años en los que el árbol puede enfermar, vendrán sequías, inundaciones, vientos que pondrán a prueba su resistencia… (más…)
A medida que trabajas en el sector animal, percibes que mucha gente no tiene una visión clara sobre qué es el adiestramiento, la educación canina y la etología clínica. Del mismo modo, tampoco quién se dedica a qué (ni quién puede dedicarse a cada actividad).
Este artículo-guíapretende resolver cualquier duda que puedas tener al respecto y el porqué no siempre resulta fácil diferenciar, ya que hay un batiburrillo guapo por Internet.
El adiestramiento canino es la enseñanza de habilidades o ejercicios concretos que nos permiten hacer diestros a los perros o a los gatos en cierta competencia. Etimológicamente, adiestrar es otorgar o aprender una destreza: o sea, hacerse o volverse diestro en algo.
El adiestramiento es lo que solemos llamar obediencia (que viene del término adiestramiento en obediencia) y recoge ejercicios como el sentado (sit; sitz), el tumbado (down; platz) o el junto (heel; fuss). No obstante, desde una visión menos estricta, el adiestramiento puede incluir todos los ejercicios que queramos, como las habilidades caninas o aquellas que enseñamos al perro para practicar deporte o actividades como el dog dancing o el agility, así como ejercicios que resultan ser la base de otros ejercicios (estoy pensando en ejercicios como el target o el luring).
Educación canina/felina
Para hablar de educación canina, en cambio, ampliamos el radio e incluimos distintos métodos y sistemas de aprendizaje para que el perro viva acorde a una estructura educativa lógica y beneficiosa, para él o ella y para el resto (contexto). (más…)
¡Muy buenas! La marca de pienso vegano Veggie Animals me contactó —bueno, me escribió su CEO, Sonia España Ribera: es una forma de hablar— para colaborar como redactor en artículos de educación canina. Ayer, 9 de diciembre, se publicó en el blog el primero: «Cómo ganar la confianza de un perro maltratado». ¡Os invito a leer la publicación y a informaros de todo lo que ofrece la marca!
Esta entrada será un poco más breve que el resto, porque solo quiero invitaros a leerme en este otro espacio, como imagináis. Y porque os tengo mal acostumbrados/as, ¿eh? (O soy un poco pesado con las entradas de educación y adiestramiento más largas que un día sin pan, qué sé yo.)
Sobra decir que seguiré escribiendo aquí, de forma periódica, pero durante 2021 colaboraré también dos veces por semana en el blog de Veggie Animals como educador canino/redactor. ¡Espero que los artículos os sean interesantes y de utilidad!
Antonio Soutiño y yo coincidimos en un curso de clicker training y educación canina de la asociación AlPerroVerde: era el año 2015. Para él, fue el primer contacto con el mundo del perro en España, aunque ya trabajaba como profesional en una residencia canina de Caracas, Venezuela, para mí, en cambio, fue el comienzo de un camino entre grandes amigos, entre los cuales tengo la suerte de que esté Antonio.
Entre 2018 y 2020, Antonio y yo trabajamos en Dog’N’Roll (hoy, Tandem Dogs). Ahora colaboramos en algunos proyectos y nos vamos de cervezas a menudo (con perros, y sin ellos) y como le tengo cerca le he engañado para esta primera edición de entrevistas por WhatsApp para Dog Ventura.
¡Qué pasa, Antonio! Cuéntanos cómo entras en el mundo del perro.
Hola, Javi. Encantado de estar contigo en esta entrevista. Bueno, yo entro en el mundo del perro por frustración: digámoslo así. De chaval me encantaba ver a gente con los perros, me encantaban los perros —me flipaban—y cuando le decía a mi madre: ¡quiero un perro! Me decía: ¡No! Tienes peces, tienes pájaros, pero perros no: son muy complicados, la casa huele a perro… Me quedé con eso hasta que pude independizarme. Por suerte, mi cuñado es adiestrador canino también y en aquel momento iba a tener una camada de pastores holandeses, de la cual saqué a Kira [su primera perra] y, bueno, así entré en el mundo del perro. Y de ahí, ¡bueno!, se ha hecho un camino. (más…)
Como educadores o adiestradores caninos, tratamos continuamente con personas y perros de todo tipo y nos encontramos con situaciones bastantes curiosas. Hoy, voy a hablaros y preveniros sobre algunas de las más contradicciones en la educación canina que más vemos, ya que, a menudo, aquí se encuentra la raíz de muchos problemas de conducta de los perros de familia.
Cada día, más gente comparte su vida con perros, pero, al mismo tiempo, hay un desconocimiento enorme sobre el mundo canino. El porqué lo podemos encontrar en los referentes en cuestiones de educación canina: el “cuñadismo” de los expertos de parque y los programas de la tele que poco tienen que ver con la realidad, donde se ofrece un show con una visión errónea o limitada del trabajo con perros.
Por todo esto, quiero compartir con vosotros algunas reflexiones sobre la profesión, el mundo canino y también acerca de situaciones muy comunes durante visitas con clientes. Sin más dilación, ahí van las principales contradicciones en la educación canina que yo me he encontrado.
¡¿Los programas de perros en TV no siempre dicen la verdad!?
Los programas de tele son un espectáculo: no son realistas y ofrecen una falsa percepción al tratar problemas de comportamiento.
En otras palabras, ¡magia!
Un toque, un tirón, un “¡shhh!” Y voilà! Todo solucionado y en 5 minutos. Increíble, ¿verdad?
¡¿Pero qué!? ¡Un perro en la tele!
La realidad es muy diferente: podemos asegurarlo; no existen los atajos, ni las herramientas mágicas, ni las soluciones en 5 minutos.
Los resultados son fruto del trabajo y de la constancia, y el tiempo a invertir para comenzar a ver resultados dependerá de muchos factores: la dedicación y el compromiso de los propietarios, la sensibilidad del perro, la fuerza de los instintos, el tiempo que lleva realizando la conducta a modificar, entre otros.
¿Es realmente caro educar a mi perro?
Otro tema relacionado con el anterior es el coste del trabajo que realiza un educador. Una inversión que muchos clientes perciben como un problema desde antes de empezar a trabajar, pues no contemplan la posibilidad de invertir en la educación de sus perros como sí invierten en su salud físicaa través de los veterinarios o la nutrición.
Por desgracia, nuestro oficio no siempre está reconocido como lo que es: un trabajo técnico que requiere de conocimientos y experiencia para realizarlo con seguridad y eficacia. El intrusismo laboral es enorme en este sector y algunos supuestos profesionales, formados a través de episodios de televisión, ofrecen servicios a un precio bajísimo, perjudicando a todos; confundiendo a la gente que no sabe diferenciar a un profesional de un aficionado y, lo que todavía es peor en muchos casos, perjudicando a los animales y, en definitiva, dañando la imagen de nuestra profesión.
En definitiva, un educador canino profesional se ha formado en centros especializados y sigue formándose de forma continua a través de cursos y seminarios. El aprendizaje constante es lo que hace que pueda tratar casos de todo tipo, ya que cada perro es un mundo y las soluciones que funcionan con uno, pueden no funcionar con otro.
Y no solo eso: un buen trabajo de educación canina, en el que salen beneficiados tanto los guías como los perros, requiere de tiempo y paciencia. Las soluciones “mágicas”, rápidas y baratas a menudo pasan por métodos que lo único que hacen es inhibir al perro y bloquear sus respuestas a todo tipo de estímulos, de forma totalmente negativa para el animal.
Expectativas, criterio y contradicciones en la educación canina
A menudo, observamos cómo algunos propietarios tienen una expectativa poco realista y es nuestra obligación asesorarles como se merecen.
Por poner un ejemplo, en un caso de agresividad dirigida hacia perros, muchas veces se pretende pasar de “mi perro se tira a morder y a ladrar a todos los perros que ve” a tener como objetivo que pueda jugar con todos los perros en el parque. Esto es un error y genera muchísima frustración a los propietarios: un punto de vista realista será conseguir poder pasear sin que ladre a los perros a cierta distancia, poco a poco, ir disminuyendo esa separación o distancia; después que pueda pasear junto a un perro, luego dos y un largo etcétera de pasos hasta dotarlo de las herramientas suficientes para un contacto seguro.
Asimismo, es común observar que el criterio o la exigencia por parte de algunos propietarios es muy elevado; en especial, con cachorros. Un perro pasa 15 horas solo y los propietarios esperan que estén tranquilos, sin romper nada, en silencio y sin orinarse o cagarse en casa: no hace falta decir que no tiene sentido, la mayoría de los perros no aguantarían esta situación. Y nosotros tampoco, ¿verdad?
Y, por último, algunas contradicciones que nos ayudarán a ver cómo reforzamos conductas y, a su vez, intentamos erradicarlas. A veces, todo no se puede tener, ¿verdad?
Ahí van algunos ejemplos:
Sobreexcitar al perro continuamente y molestarse porque no sabe estar tranquilo
No dedicar tiempo al perro y molestarse porque no obedece o no aprende
Mandar mensajes contradictorios al perro: hay normas, pero, a veces, se cumplen y otras no importa: ¡el perro no puede entender que, a veces, está bien subir al sofá, pero otras veces no!
Adquirir un perro potente, grande y fuerte porque nos encantan y no tener capacidad para manejarlo
Adquirir un perro a sabiendas de no tener tiempo para dedicarle
¡Muchas gracias por leerme! Y recordad que, cuando decidimos adquirir un perro, debemos hacer un ejercicio de sinceridad y compromiso para ofrecerles una vida digna y feliz.
¡Muy buenas! ¿Cómo han ido los meses más intensos del verano? Nosotros también hemos tenido algunos días de relax junto a nuestros colegas perrunos para ir a la playa, tomar un par de cervecitas en una terraza y leer algunos libros sobre educación canina.
Por esto, hoy os traemos una entrada bastante breve con cinco libros que recomendamos con fervor a cualquiera interesado en conseguir unas bases sólidas sobre los perros.
Sinopsis del libro: Jean Donaldson te muestra cómo piensa tu perro, aquello que lo motiva y cómo lograr el comportamiento deseado aplicando principios científicos. En esta obra encontrarás un punto de vista apasionante sobre la ancestral relación entre humanos y perros.
Donaldson ha basado toda su investigación en su propio trabajo como conductista y en el de otros colegas, llegando a la conclusión de que los perros aprenden exclusivamente a través del condicionamiento clásico y el condicionamiento operante. (Sí, ya, yo también creo que hay muchos matices.)
Aquí encontrarás una crítica documentada contra la antropomorfización de los perros y una defensa férrea de la necesaria motivación que cualquier can necesita para aprender. La autora defiende que los problemas surgen cuando las reglas y estándares caninos entran en conflicto con los valores humanos y, en este punto, en lugar de rehabilitar a los perros mordedores para integrarlos en el mundo de los humanos directamente se les sacrifica, esto es lo que ella entiende como «el choque de culturas».
Sinopsis del libro: la grandeza de este libro es que no empieza como todos esos textos aburridos en los que nosotros tenemos un objetivo para el perro, sino todo lo contrario: su autora se pregunta y argumenta sobre qué piensan los perros, cómo perciben y se relacionan con el mundo que los rodea, ¿por qué interaccionan antes por la nariz que por los ojos? ¿y qué implicaciones tiene esto? ¿qué le dicen a los perros su vista, su olfato, su oído, su vista, su gusto, su tacto?
Alexandra Horowitz es psicóloga cognitiva con una larga trayectoria en el mundo del perro, y solo por comprender la importancia del unwelt o automundo canino este libro merece la pena… Entre los libros sobre educación canina, para mí, ha sido de los más reveladores.
Sinopsis del libro: la obra de McConnell se dirige hacia la estantería de los viejos clásicos, pero sigue muy vigente hoy. Se trata de la exposición de las bases del adiestramiento canino de una forma muy razonada y de cómo nosotros, los guías, somos el fundamento de toda enseñanza. Perros que ladran más y más cuando les gritamos que se callen; animales que se tensan cuando manejamos la correa de paseo con tensión; otros que felicitamos como si fuesen pequeñas personitas con abrazos que provocan resignación o estrés.
Según el escritor Jeffrey M. Masson: «Al otro extremo de la correa es el mejor libro que he leído sobre educación canina y adiestramiento de perros: divertido, inteligente y… ¡asombrosamente original!», y no le falta razón.
Sinopsis del libro: se trata de un manual de técnicas y experiencias de trabajo del director de la escuela TakodaAdiestramiento Natural, reconocido especialista en resolver problemas de conducta canina y en la recuperación de casos complejos en comportamiento canino en España.
En este libro de educación canina imprescindible, Ibañez y Perera basan la ejecución del método en sus tres pilares: estrés, dominancia y colaboración, y presentan algunos de los problemas originados por técnicas de adiestramiento, distintas normas de convivencia, la importancia del instinto, señales y comunicación, frustración, y muchos otras cuestiones para el manejo avanzado de perros con problemas.
Sinopsis del libro: mediante la idea de empoderar al perro para mejorar su confianza y sus habilidades sociales, la autora propone un entrenamiento adaptado a los estímulos que un perro reactivo puede tolerar en el entorno.
El método BAT 2.0 ofrece una herramienta eficaz frente a la reactividad canina, ajustando el entorno —personas, perros y otros detonantes— con el fin de rehabilitar animales reactivos, agresivos y con otros problemas de conducta, como el miedo y la frustración. Eso sí, se trata de una obra que los profesionales del comportamiento canino disfrutarán y aprovecharán un poco más que el resto.
Espero que esta pequeña selección de libros sobre educación canina te ayude a seguir aprendiendo. ¡A seguir leyendo, y tocando pelo!
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