La alfombra de olfato para perros, conocida en inglés como snuffle mat, es una herramienta de enriquecimiento ambiental y estimulación mental muy útil para los guías. Anda, que me he matao, ¿eh? Bueno, espera: te cuento con más detalle por qué muchos educadores (y educadoras) estamos recomendando más este tipo de complementos.
A mí me gustaría hablarte un poco del porqué mola y qué hay que tener en cuenta antes de comprar una alfombra olfativa. ¿Te animas a seguir leyendo? Venga, dale.
¿Qué es una alfombra olfativa para perros?
Una alfombra de olfato o alfombra olfativa es un juguete interactivo que permite al perro estimular su olfato. Para ello, cuenta con cientos de pliegues en forma de tiras de tela que imitan la hierba o el césped y, a la vez, nos permiten esconder trocitos de comida, premios, pienso, snacks, trozos de salchicha, etcétera. (más…)
La alfombra olfativa para perros (snuffle mat, en inglés) es un juego de olfato y estimulación ambiental para nuestros colegas peludos. Se trata de un complemento en forma de alfombra hecha con tela de trapillo donde podemos esconder premios y chucherías entre los flecos, obligando al perro a utilizar su olfato para encontrarlos.
¿Y por qué es la caña? ¡Pues para fomentar el trabajo mental en los perros y otros animales!
Tranqui; te lo explicamos en detalle.
¿Por qué la alfombra de olfato es la caña?
Hay varias razones por los que contar con una alfombra de olfato debería ser casi obligatorio en cualquier casa con perros (o gatos, o hurones, o conejos, o minipigs; vale, ya te haces una idea, no me pongo más pesado: aquí vamos a hablar de perros, ya lo sabes). La razón es que se trata de una herramienta/juguete de enriquecimiento ambiental que permite que nuestro perro pueda buscar premios y entretenerse superando retos de búsqueda o rastreo en casa.
Esa es la principal.
Pero hay muchas más:
Es una manera eficaz y sencilla de enseñarle a usar el olfato e iniciar los juegos de olfato: las primeras veces colocaremos los premios sobre la alfombra y, poco a poco, iremos aumentando la dificultad, escondiendo los premios entre los flecos y reduciendo el tamaño de los premios/salchichas/pienso.
Una alfombra de olfato también ayudará a que tu perro esté más relajado, porque usar el olfato es un trabajo para ellos y la forma más natural de los perros de conocer y reconocer el mundo y su entorno.
Fomenta la relajación, reduce el estrés y ayuda a calmar a perros de alta energía que necesitan trabajar a diario. A su vez, la alfombra ya refuerza con recompensas constantes y les obliga a estar concentrados.
Durante el tiempo de recuperación tras una operación, así como para perros ancianos o animales con movilidad reducida, la alfombra de olfato es un elemento de enriquecimiento ambiental de la leche.
Si nuestro perro es muy ansioso comiendo, podemos usar la alfombra de olfato como un comedero antiansiedad/antivoracidad,que nos permitirá reducir la velocidad de ingesta.
Otros ejercicios para complementar la alfombra de olfato
A la mayoría de los perros les encanta rastrear y todos necesitan usar su olfato en mayor o menor medida. Por esto es probable que, tras un par de semanas, quieras añadir algún juego más de olfato. Tenemos un artículo sobre los juegos de olfato que puedes leer aquí, pero si lo que quieres son algunos juguetes más de enriquecimiento ambiental, toma nota:
Los juguetes de la marca KONG. Si no los conoces, son los típicos juguetes de goma dura con agujeros que se pueden rellenar para que nuestro perro se entretenga un buen rato, aunque hay muchos tipos: por ejemplo, en Dog’N’Roll recomendamos empezar con el KONG Wobbler, que no es de goma, sino de polímero de plástico de alta resistencia, y es perfecto para perros que se frustran con facilidad, puesto que los KONG típicos: los rojos o negros de goma dura suelen generar frustración muchas más veces de las que nos imaginamos y pueden representar un problema en animales con baja tolerancia a la frustración. En cualquier caso, las primeras veces que introduces un nuevo elemento en la rutina de tus perros, te recomendamos que los vigiles y examines su comportamiento.
En nuestros talleres de enriquecimiento ambiental, tenemos el clásico DIY (Do It Yourself; hazlo tú mismo) de la pelota de tenis. Esta es otra buena opción para hacer un juguete en el que esconder premios. Eso sí, tendremos que hacer un par de cortes (en forma de signo más: «+») en la pelota y guardar ahí la comida; por descontado, no tiene ni tanto aguante ni va a generar el mismo interés que un juguete de KONG, por ejemplo, pero es una buena forma de salir del paso.
Actualizamos: ¡ojo! Hay varios estudios que parecen indicar que las pelotas de tenis suponen un efecto de lija en los dientes de los perros —aquí tenéis un artículo que habla sobre el tema; y aquí otro—. ¡No abuséis de estos juguetes o buscad una alternativa menos agresiva para la dentadura de vuestros colegas!
Tablas de olfato y juegos de inteligencia. En las tiendas también venden tablas donde esconder comida en distintos apartados y juegos de inteligencia que harán que tu perro deba encontrar la forma de conseguir el premio. El «problemilla» de estos juguetes es que requieren siempre de supervisión: primero, porque se pueden cargar el juguete (y no son baratos), segundo, porque si lo rompen, pueden tragarse piezas y eso es peligroso, ¿o no?, y, tercero, porque si es demasiado complicado, generará frustración/ansiedad, aburrimiento o conducta destructiva.
Como ves, hay un montón de opciones para complementar la alfombra de olfato con otros juguetes de enriquecimiento ambiental que permitirán a tus colegas caninos sacar el máximo partido a su nariz.
¿Cuál es el sentido más desarrollado en los perros? El olfato. Entonces, ¿por qué es el gran olvidado para la mayoría de gente que quiere disfrutar de la vida con sus perros?
Suponemos que hay dos grandes respuestas para esto: 1) mucha gente no sabe por dónde empezar para estimular a sus perros mediante juegos de olfato y 2) a veces, no sabemos lo divertido/necesario/útil que es contar con un perro que aprende a resolver problemas mediante su nariz y los juegos de olor.
Por qué son importantes los juegos de olfato para perros
Los perros tienen 200-300 millones de receptores olfativos. Si te digo esto, quizá te quedes igual que si te digo que tengo cien mil maravedíes en el banco, ¿no?
Pero ¿y si te digo que en el humano la superficie olfativa de 5 cm2 es de 100 cm2 en los perros?
¿O que el número de células olfativas en humanos a duras penas alcanza los 5 millones?
Y no solo esto, el área cerebral dedicada al olfato en los perros es 40 veces mayor a la nuestra, ¡y aún tiene otras ventajas!, por ejemplo: la nariz de los perros no mezcla el aire inhalado y exhalado, lo que hace que su olfato sea mucho más nítido que el nuestro. En definitiva, la nariz de los perros son los ojos de los humanos: ahí radica su importancia. Nosotros entendemos el mundo a través de la vista, ellos a través del olfato.
¿Qué podemos conseguir con juegos de olfato?
Activar su mente y estimular sus sentidos: resolver problemas espaciales y trabajar la inteligencia de tu colega; además, no requiere de grandes aptitudes físicas, ¡ni del perro ni del guía!
Mejorar vuestro vínculo a través del juego
Es un ejercicio perfecto para la gestión de la frustración en el perro, que, además, le permite desfogar instintos naturales
Es un juego que no genera mucha excitación en el perro, por lo que, en la mayoría de los casos, pueden participar niños
En días de lluvia o en épocas en las que el perro se está recuperando de una lesión, son una alternativa perfecta a los juegos más físicos
Igual que nos pasa a nosotros, el perro que piensa, gasta mucha más energía que el perro que se pasa el día corriendo, y, además, se relajará, y sus niveles de ansiedad y estrés se mantendrán bajos
Y dicho esto, ¡empezamos!
Cuáles son los principales juegos de olfato para perros?
El sembrado, que consiste en esparcir premios o snacks por el suelo
Las pistas de rastreo, donde se crea un recorrido que el perro debe seguir hasta alcanzar un objeto o alimento concreto
El premio en las manos, que se basa en esconder el premio en una de las manos: si el perro acierta, tiene premio; si falla, volvemos a empezar.
El trilero, que es una versión más complicada del anterior, donde los premios están debajo de vasos y el perro debe adivinar dónde
La alfombra olfativa: un juguete con pliegues de tela para esconder pienso y premios para que el perro los encuentre olfateando.
¡Y dicho esto! Vamos a verlos en detalle.
Cinco juegos de olfato para disfrutar con tu perro
#1. El sembrado
El juego del sembrado consiste en enseñar a nuestro perro a buscar premios o golosinas que hemos esparcido por un espacio interior o exterior. Es una gran opción en perros con los que estamos trabajando para reducir niveles elevados de estrés o ansiedad y recomendamos complicarlo paulatinamente en distintos lugares.
Importante: el perro debe mantener un estado de excitación lo más bajo posible, y entender cuándo comienza y termina el juego; por lo tanto, trataremos de mantener al perro en un estado de calma antes de iniciar el juego.
Empezaremos en una habitación o una zona de la casa donde esparciremos premios; a continuación, le diremos «¡busca!» o un comando similar que pueda asociar a encontrar los premios.
A medida que nuestro perro mejore rastreando premios, ampliaremos la zona y esconderemos algunos de los premios detrás de un mueble, debajo de un objeto, etcétera. También podemos apagar las luces de la habitación para obligarle a usar más la nariz.
Una vez el perro encuentre todos los premios, haremos una señal de fin de juego, que puede ser la misma que utilizamos cuando terminamos cualquier otro juego (¡fin!, por ejemplo)
¡Nunca debemos indicar al perro dónde está un premio! Podemos darle pistas con la voz o ayudarle con nuestro movimiento para que busque por una zona, pero no enseñarle dónde están los premios que no encuentra.
A medida que nuestro perro va cogiendo práctica con el juego del sembrado, podemos ir complicando los contextos: interior, exterior, jardín, zona de bosque… Cuantos más rastros haya, más complicado se le hará y también más divertido y estimulante, siempre y cuando trabajemos el olfato mediante una progresión lógica: nada de irse el segundo día al bosque y esconderlos por ahí, ¿eh?; el juego siempre debe ser divertido y estimulante, y no generar excesiva frustración. Todos los juegos de olfato deben realizarse con un criterio creciente: tiene que existir una alta probabilidad de éxito y, poco a poco, le complicaremos la dificultad; de este modo, conseguiremos motivarle y evitaremos que el perro se aburra.
#2. Pistas de rastreo
Muy similar al sembrado, es la construcción de una pista de rastreo, que deberíamos iniciar de una forma parecida al primer juego de olfato. Se trata de crear un recorrido hasta alcanzar un objeto concreto (un juguete oloroso, como un Kong repleto de comida, por ejemplo) mediante rastros que estimulen al perro hasta alcanzar el objetivo. Para ello, intentaremos escoger siempre un área libre de pisadas que compliquen el rastro (por lo menos, en las primeras sesiones) y cuanto más pronto, mejor. ¿Por qué? Menos olores a discriminar.
En este caso, necesitaremos que el perro esté quieto y relajado, por lo que puede ser necesario contar con una segunda persona o sujetarle con un arnés y mantenerlo en quieto si cuenta con una obediencia adecuada (el sentado y el quieto, por ejemplo, nos ayudarán a mejorar el control previo al juego). A continuación:
Preparamos un recorrido que el perro debe seguir (por ejemplo, con alimento en lata o trozos de salchichas/frankfurts); también restregaremos algo de alimentos sobre la superficie de la hierba para crear un recorrido olfativo más claro, y nos podemos ayudar de caldo de pollo o algún alimento que desprenda bastante olor.
Esconderemos el objeto que queremos que alcance: este debe ser el mayor premio de todos: un Kong delicioso, o más, carne en salsa: algo que mole mucho si eres perro, vamos.
Liberamos al perro e iniciamos el ejercicio como en el sembrado: con un ¡busca! o un ¡búscalo!, por ejemplo.
Deberíamos animar y motivar y generar un sentimiento muy positivo a través del juego; en especial, cuando finalice el recorrido, si bien el premio ya ayuda a motivar y a recompensar, nosotros todavía podemos hacer que sea mucho más guay.
Poco a poco, haremos que el recorrido sea más difícil (sin intentar correr); podemos aumentar la distancia entre las pistas, o la dificultad de la pista de rastreo… ¡Hay mil opciones!
#3. El premio en las manos
Como iniciación al juego del trilero, el premio en las manos es una buena opción para empezar a desarrollar el olfato en tu perro a la de ya. ¿En qué consiste? Cogeremos comida para perros, o frankfurts, o algún alimento que les motive y captaremos la atención de nuestro colega.
Básico:tocamos/manoseamos la comida con las dos manos para que queden rastros de olor en ambas y el perro tenga que aprender a discriminar también intensidad en el olor.
Escondemos el premios en uno de los dos puños (cerrados); uno tendrá alimento, el otro estará vacío.
Le enseñamos las manos al perro y le dejamos oler; nos aseguramos siempre de que no pueda ver el premio.
Cuando el perro indique con la pata o el hocico la mano correcta, abrimos la mano y le damos la comida.
Cuando el perro indique con la pata o el hocico la mano vacía, abrimos, le enseñamos que no hay premio y volvemos a empezar el juego.
Puede ser que al principio se equivoque unas cuantas veces hasta que entienda el juego, pero con el tiempo, le ayudará a agudizar el olfato y, a continuación, lo complicaremos con el juego del trilero para perros. También podemos discriminar la acción desde el principio (si no toca con la pata, no se le da), o permitir que, al inicio, toque con el hocico o la pata, y después derivar esta acción y solo premiar cuando lo hace con la pata.
#4. El juego del trilero para perros
Si queréis ver un vídeo sobre el juego del trilero, os dejo aquí debajo un clip de Experto Animal donde se explica su funcionamiento en poco más de un minuto.
Consiste en lo siguiente:
Cogemos tres vasos de plástico idénticos (mismo color, misma forma). A veces, se recomienda agujerear el vaso de plástico para que el olor sea más intenso, pero no es imprescindible.
Colocaremos premios debajo de uno de los vasos y los moveremos; a continuación, permitiremos que el perro busque hasta encontrar debajo de qué vaso está el premio.
Una vez entienda cómo funciona el juego, podemos incluir vasos con otras formas, colores e incluso otros objetos (por ejemplo, una pelota de tenis cortada por la mitad) y enseñar al perro a discriminar; para ello, la comida siempre estará debajo del objeto que es diferente al resto.
A partir de aquí, puedes crear muchas otras variantes de las que te hablaremos más adelante: más vasos, diferentes tipos de objetos, ¡lo que se te ocurra!
Para jugar en casa, no obstante, la alfombra de olfato es una pasada de juguete que puedes hacer tú mismo/a para que tu perro busque entre sus pliegues pienso, comida o cualquier otro tipo de premios.
¿Por qué mola tanto?
Las alfombras de olores son un ejercicio de estimulación mental perfecto para jugar en casa o en días de lluvia, o para perros más mayores, con mucha energía o que están rehabilitándose tras una operación, por ejemplo.
Es un extra para que trabajen por ellos mismos el olfato, que también se agradece de vez en cuando: ¡una vez hecha, solo tienes que esconderle los premios y dejarle disfrutar!
Sobre alfombras de olfato, hay un post destacado, así que ya hablaremos de ellas más adelante, ¿vale? ¡Pues hoy, hasta aquí! Recuerda que el olfato es el sentido más importante de tus colegas caninos y que aquí tienes opciones más que suficientes para estimularlo durante toda su vida. Ahora, ¡te toca a ti!
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