¿Os habéis fijado que muchas grandes superficies no cuentan con bolsas biodegradables para las cacas de los perros? En la mayoría de los supermercados —Mercadona, Carrefour, Lidl— no encontramos alternativas verdes o compostables. Esto tiene más «chicha» de lo que parece, porque obliga a acudir a otros centros, a realizar pedidos por Internet (aumentando la huella ecológica), o… a limitarse a no pensar y optar por la vía rápida: generar más plástico.
¿No es un poco estúpido que tengamos que escoger entre contaminar el planeta de una forma u otra? O bien dejando la caca en el suelo (no lo hagáis, que es una guarrería, y encima os multarán), o bien recogiéndola con una bolsa de plástico.
¿Existen alternativas? Sí, aunque no siempre de fácil acceso. Por esta razón, he decidido crear una pequeña guía de bolsas biodegradables y bolsas de lenta degradación o no degradables para perros. Además, aunque a menudo se nos olvide, hay otras formas interesantes de recoger deposiciones que vamos a contemplar en el artículo: paletas, papel de periódico e incluso aspiradores (en serio, ya verás).
¿Con qué se recogían antes los excrementos caninos?
Vamos a poner esta pregunta en contexto. Por un lado, hace unas décadas, no existía la conciencia cívica y ecológica actual; es decir, para empezar, no se consideraba un problema tan grave y parece ser que, hasta 1997, no existió una ley al respecto, recogida en la Ley 5/1997, de 24 de abril, del BOE.
También hay que tener presente que…
- Hasta los años 80 y 90, el perro era un animal muy presente en el campo, pero no en la ciudad (concepción utilitarista, muy distinta a la idea de animal de familia actual)
- El aumento del número de perros en la ciudad: en el censo de 2012 había 29.121 animales censados en Barcelona; en 2016, 49.454 y, en 2020, casi 80.000; cifras que, probablemente, alcancen el doble de perros.
- Siempre ha habido hábito de recoger las cacas de los perros y, curiosamente, con materiales biodegradables que han caído parcialmente en desuso, como el papel de periódico