Obediencia funcional canina, el perro en la ciudad
Voy a hablar, en detalle, de un concepto que me apasiona y alrededor del que yo construyo cualquier relación humano-animal: la obediencia funcional, u obediencia canina aplicada. Para mí, esta es la base de una buena relación perro-guía y de muchas modificaciones de conducta.
Muchos/as educadores/as en positivo trabajamos de formas muy distintas: por ejemplo, hay quien la protección de recursos relacionada con comida, la plantea haciendo desaparecer los detonantes (plato, comida, etc.) y gestiona mediante desensibilización, contracondicionamiento y colaboración con el guía a través de NELVEG. A partir de aquí, hay mil variables: hay profesionales que trabajan con intercambios para disminuir el valor del recurso, señales para empezar a comer, hay quien lo plantea como «ser más líderes» (ojo, no hablo aquí de dominancia ni castigos) y quien prefiere valorar caso por caso.

Hace unos días, me senté con Helena Castro de Be Woof. No salió el tema de la obediencia funcional, pero recuerdo que ella tiene un post muy interesante en el blog de su página en el que explica su punto de vista sobre algunas órdenes básicas y cómo considera que deben enseñarse y gestionarse. Por lo tanto, igual que he hecho un par de veces con artículos de Alba Benítez, recomiendo lo mismo con el artículo de Helena; échale un ojo y empápate de su punto de vista sobre la obediencia funcional para el día a día.