El dolor en el perro es una sensación desagradable asociada con una lesión. Igual que ocurre con las personas, cada perro puede presentar distinta sensibilidad al dolor y, de igual modo, existen factores de predisposición por raza.
El dolor en el perro se clasifica como en las personas en:
- dolor agudo, que aparece de forma repentina e intensa
- dolor crónico, que persiste a lo largo del tiempo con distintos grados de intensidad
- dolor intercurrente, que suele presentarse con rapidez y se siente como dolor crónico con intensidad variable aún cuando el paciente está siendo medicado; en otras palabras, «traspasa» el alivio de la medicación o la analgesia
Con esta clasificación clara, vamos a entrar un poco más a fondo en el principal problema del dolor de los animales de familia: la dificultad para reconocerlo.
El gran problema: reconocimiento del dolor en el perro
Nuestros perros, por desgracia, no pueden verbalizar el grado de dolor ni la sensación; ante diagnósticos graves, esto normalmente suele resultar más sencillo de valorar, pero también más peligroso debido a la gravedad asociada a la enfermedad.
Por esto, es importante que (como guías) sepamos reconocer cuanto antes las sensaciones de dolor en el perro, que pueden identificarse a través de:
- Cambios en la postura corporal: cojea, se sienta o se tumba de forma extraña, duerme en una posición muy distinta a lo habitual…
- Dificultades de movilidad: muestra intolerancia al ejercicio físico, le cuesta caminar, correr, incorporarse o subir o bajar escaleras, por ejemplo
- Reducción de sus hábitos higiénicos, desde quitarse las legañas a cambios en la orina o la defecación
- Cambios de apetito o hidratación: no bebe, no come; bebe muchísimo, etc.
Si aprendemos a reconocer estas señales, podemos tener una pequeña ayuda para adelantarnos a la enfermedad. Cualquier cambio en la rutina y comportamiento, también puede ser indicativo: por ejemplo, los perros con dolor, pueden empezar a gruñir o a reclamar espacio, o reducir su capacidad de atención del guía.

No obstante, no tenemos que olvidarnos que, igual que nosotros, los perros tienen días buenos y días malos, por lo que es importante no perder la calma y realizar un seguimiento adecuado de todos los síntomas detectados. (más…)