Cómo enseñar a un perro a que nos siga sin correa

Cómo enseñar a un perro a que nos siga sin correa

Hace unos días, subía un vídeo introductorio sobre instinto de seguimiento con el título «Cómo enseñar a un perro a que nos siga a todas partes». En este sentido, vale la pena señalar que «un perro siguiéndote» poco tiene que ver (no diré nada) con un junto. Dicho de otro modo, hay comportamientos que son muy similares, pero se enseñan de formas muy distintas y mantienen unos aprendizajes (y una exigencia) que nada tienen que ver entre sí.

De este modo, el instinto de seguimiento es una habilidad fundamental en la educación canina. Hay razas, como los perros pastores que pueden tener mayor predisposición, si bien no es un comportamiento tan natural en otras selecciones.

Para que un perro te siga, esta conducta puede y debe trabajarse si quieres obtener buenos resultados. Hoy, te explico un paso a paso.

HACER QUE TU PERRO TE SIGA A TODOS LADOS (con CORREA y SIN)

Paso 1. Empezar con correa (larga)

Para empezar, trabaja con correa multiposición o correa larga. Esta es la forma más eficiente de hacer que tu perro te empiece a seguir, y facilita la comunicación y el control.

En esta fase del ejercicio, la exigencia (por ejemplo, que esté muy cerca tuyo: pegado a ti) no debería ser algo muy necesario, pues estás buscando un comportamiento en el que tu perro entienda que debería mantenerse atento a un cambio de dirección o a un momento concreto, pero no a un criterio mayor de exigencia.

¿Mi recomendación? Usa correa larga (5 metros) para dar al perro cierta libertad sin perder la referencia.

  1. Define una posición inicial: no es necesario que el perro se mantenga pegado a ti, sino a una distancia prudencial que puedas gestionar.
  2. Empieza moviéndote en una dirección, cuando te siga, felicitas y premias (no te pares al premiar: mira el vídeo, si tienes dudas).
  3. Refuerza el movimiento: es común premiar al perro cuando se detiene, pero lo que realmente debemos reforzar es el seguimiento en movimiento.
  4. Premia la posición elegida: además, decide de antemano si quieres que tu perro camine a tu derecha o izquierda y premia solo cuando se mantenga en esa posición.
  5. Ajusta la intensidad: comienza con movimientos suaves, pocos cambios de ritmos y giros, y aumenta progresivamente la dificultad.

Una vez tu perro empiece a entender el ejercicio, puedes aplicarlo en distintos espacios. No te quedes trabajando en el mismo lugar mucho tiempo y ofrécele variedad. Tras unos cuantos días, puedes empezar a quitar la correa en algunos contextos.

Vale la pena que escojas entornos donde el perro ya responde a la llamada (trabájala con estas bases).

Las CORREAS LARGAS para tu perro = BIENESTAR

Paso 2. Enseñar(le) a que nos siga sin correa

Una vez que el perro ha comprendido la dinámica del seguimiento con correa, puedes comenzar a practicar sin ella en un entorno seguro. El paso entre trabajar con correa o sin correa, yo recomiendo hacerlo tirando la correa al suelo y cogiéndola en algunos momentos del ejercicio durante unos días. Poco a poco, vamos a dar más libertad y a retirar la correa, progresivamente.

En esta fase:

  1. Controla los giros naturales: al soltar la correa, el perro tenderá a posicionarse en el lado más cómodo tras el giro (o sea, si tú giras de golpe y el perro está a tu derecha, es probable que si no premias, se coloque a tu izquierda y te siga). Evita premiar cuando se equivoca y hazlo cuando mantenga la referencia contigo.
  2. ¡Cuidado! Lo anterior te puede importar menos que quién ganó Eurovisión en 1996, por lo que, si es así, y planteas un criterio de exigencia menor: está bien, sin problema.
  3. Aumenta la dificultad gradualmente: puedes introducir cambios de ritmo, giros y variaciones en la velocidad de forma progresiva. Además, si aprovechas para practicar otros ejercicios, puedes ir encadenando comportamientos y generando más dificultad en el ejercicio y atención en el can.
  4. Evita premiar comportamientos indeseados: Lo típico es seguir premiando cuando salta o se adelanta demasiado. ¿Lo mejor? Ignora eso y solo premia cuando te siga de forma correcta.

Paso 3. Entornos complejos

Muchas familias caninas introducen estos ejercicios en zonas urbanas. Si lo haces, hazlo poco a poco y ten presente que muchas ciudades

  1. no permiten llevar al perro suelto
  2. el entorno puede resultar imprevisible

En mi caso, no diré que no he ido por mi ciudad, Barcelona, con perros (enseñados) y sueltos en el casco urbano, pero no lo haría hoy, pese a contar con un buen trabajo de obediencia y pautas educativas. El porqué es claro: yo puedo enseñar a un perro a que me siga, pero no controlarlo todo a mi alrededor. El entorno, a veces, es imprevisible; en una ciudad, más.

Enseñar a un perro a seguirnos requiere paciencia y constancia, pero junto a la llamada (que hay que practicar toda la vida: ¡incluso aunque tengas un localizador GPS!) es una habilidad genial. El instinto de seguimiento es una forma chula de trabajar comunicación humano-animal y lograr un paseo más natural y confiable.

El minicurso de paseo, quizá te sea de utilidad.

La cuenta de YouTube, tiene una lista sobre paseo.

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