Seguro que, si tienes niños en tu vida, has visto más de uno y de dos capítulos de Bluey, la famosa cachorrita azul. Esta serie animada de origen australiano en la que casi todos sus personajes son perros está acaparando la atención de los más pequeños de la casa. Aunque parece que los mayores tampoco pueden resistirse a sus encantos.
Bluey y su familia
Bluey es una perrita de seis años. Está llena de energía, es divertida y siempre tiene ganas de descubrir cosas nuevas. Es muy amigable y le encanta conocer a otros perros.
La hermana pequeña de nuestra protagonista se llama Bingo y tiene cuatro años. Es igual de enérgica y juguetona que su hermana, pero es mucho más sensible.
Bandit es el padre de las cachorritas y disfruta pasando tiempo con ellas. Trabaja como arqueólogo, tiene un gran sentido del humor, mucha paciencia y poca vergüenza a la hora de unirse a los juegos.
La mamá, Chilli, trabaja a media jornada en el aeropuerto. Es el contrapunto que aporta sensatez y equilibrio en los momentos de caos. Es muy cariñosa y siempre quiere lo mejor para sus hijas.
¿De qué raza es Bluey?
En la serie, cada familia de perros es de una raza diferente. En el caso de la de nuestra cachorrita, todos son pastores ganaderos australianos, Australian Cattle Dog en inglés. Sin embargo, en la serie podemos diferenciar dos tipos según los colores:
- Blue heeler: con el lomo azul moteado, Bluey y Bandit.
- Red heeler: con tonos más rojizos y marrón jaspeado, Bingo y Chilli.
En definitiva, solo cambia el manto, pero son de la misma raza. El nombre de heeler les viene del inglés, heel, que significa talón, ya que son perros que dirigen al ganado guiándolos por los «talones». Por el contrario, los que dirigen al ganado por «la cabeza» son conocidos como headers, como es el caso del heading dog neozelandés.

¿Cómo es esta raza en la vida real?
Los pastores ganaderos australianos son una raza especialmente seleccionada para el trabajo. En el s. XIX, durante la revolución ganadera en Australia, los Smithfields eran los perros encargados de conducir al ganado. Sin embargo, el calor y las largas distancias eran demasiado para ellos. De varios cruces, entre ellos con dingo, dálmata y Highland Collies acabaron surgiendo los Australian Cattle Dog que conocemos en la actualidad, como Bluey.
Los heeler suelen medir entre 43 y 51 cm de cruz y pesar alrededor de los 20 kg. Su pelaje es corto y posee una doble capa. Destacan por su fuerza, resistencia e inteligencia, ya que son un “perro de trabajo”. Por normal general son una raza muy activa que requerirá paseos de todo tipo, en especial de entrenamiento.
No son un juguete
Aunque aquí ya sabemos que el carácter de un perro no lo forja únicamente su casta, la genética juega un papel importante. Los pastores australianos son muy fieles, pero también se pueden mostrar desconfiados con personas extrañas y protectores con su familia. Y por supuesto, esto, hay que saber gestionarlo correctamente. Por mucho que Bluey y su familia nos parezcan adorables, un blue heeler puede que no sea la mejor decisión para personas que nunca han convivido con perros.
En conclusión, incorporar a un nuevo miembro canino en la familia es una decisión que debe tomarse de manera consciente. Por más adorable que nos parezca Bluey y su familia, debes hacerte estas preguntas clave antes de adoptar un perro. Y, aunque no tenga pedigrí, siempre será mucho mejor adoptarlo que comprarlo.