Se confirma: la primavera de 2025 será más calurosa de lo normal (aunque empezamos a acostumbrarnos, por desgracia) y no es una buena noticia. Para los peludos, tampoco. ¿Podemos proteger a nuestro perro del calor? Y ¿cómo lo hacemos si los termómetros siguen subiendo, y subiendo?
Ante todo, las altas temperaturas no solo suponen un riesgo de golpes de calor, sino también aumentan la proliferación de parásitos y aceleran los cambios de comportamientos (por ejemplo, una mayor letargia asociada a las horas de sol y picos de actividad a primera y última hora del día).
¿Mi consejo? Aprovecha este mes para empezar a adaptar las rutinas de tu perro.
¿Por qué debemos proteger a un perro del calor?
Según datos recientes de la AEMET recogidos por Animals Health, la primavera de este año vendrá con temperaturas significativamente por encima de la media.
El pronóstico estacional de Aemet para marzo, abril y mayo indica un 70% o más de probabilidad de que las temperaturas se encuentren en el tercil cálido en toda España, superando la media histórica primaveral de 13,6 ºC.
Esto puede traducirse en días calurosos desde marzo (confirmamos, ¿no?) y abril; menor cantidad de lluvias. y mayor riesgo de fenómenos extremos (calor repentino, noches tropicales…).
Como ya sabemos, debido al cambio climático, esta realidad estará, cada vez, más presente, por lo que vale la pena tomar nota.
Si bien cualquier perro tiene riesgo de sufrir un golpe de calor, deshidratación e incluso quemaduras en las almohadillas (mucho cuidado con esto en las ciudades), hay situaciones concretas que pueden aumentar la predisposición y el peligro.

Proteger a un perro del calor: primero, braquicéfalos, sénior, sobrepeso, nórdicos
Los perros con un perfil más vulnerable son:
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Razas braquicéfalas, como el bulldog francés, el carlino o el bóxer, que tienen más dificultades para regular su temperatura
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Perros mayores (sénior) o con sobrepeso, que tienen un sistema termorregulador menos eficiente
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Canes con pelaje denso, como los nórdicos o de montaña, que sufren en climas cálidos por estar adaptados a entornos totalmente contrarios
De igual modo, los perros reactivos o con ciertos problemas de comportamiento pueden estar más sensibles, ya que se suma un elemento (variable) extra que puede reducir su umbral de tolerancia a la frustración.
Además, se pueden dar cambios de comportamiento, como menor tolerancia a practicar ejercicio físico (¡mucho cuidado con ejercicio de alta intensidad!), más tiempos de descanso, pérdida del apetito, rechazo por la comida seca (como el pienso) y respiraciones y jadeos más presentes. No obstante, mientras el jadeo no sea constante, ni vaya acompñado de debilidad, vómitos o pérdida del equilibrio, no deberíamos asustarnos.
Adaptar la rutina para proteger a tu perro del calor
Parezco un disco rayado, pero aquí siempre digo lo mismo: prevenir vale la pena cien mil veces más. Y para eso, olvídate de pasear a pleno sol (y si tienes que hacerlo, reduce el tiempo al mínimo, hidrata a tu perro, protege sus almohadillas y evita ejercicio físico intenso).
En primavera (por desgracia, cada vez más) y verano (junio-septiembre), que es la época de mayor riesgo, deberías evitar las horas centrales del día, buscar zonas de sombra y suelo/superfícies de tierra. Si vives en una ciudad, los geles protectores para las almohadillas o acostumbrar a tu perro a cierto tipo de calzado protector puede ser necesario. En la mayoría de los casos, puedes seguir la regla de los 5 segundos (pones la mano en el asfalto: si no aguantas cinco segundos, tu perro tampoco) para asegurarte de que es seguro pasear por una zona.
De igual modo, vale la pena llevar agua y hacer paradas frecuentes. Quizá te estás preguntando si esto no es una exageración, pero no lo es. Por descontado, hay perros que toleran mejor el calor que otros (jóvenes, sanos, pelo corto), pero cualquier animal puede sufrir un golpe de calor, por lo que extremar las precauciones vale la pena.
Asimismo, como pautas extra que te ayudarán:
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El perro debería tener siempre agua fresca disponible
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Acceso a zonas de descanso en casa (con buena ventilación)
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Evita obligar a tu perro a jugar o moverse si le notas apático o acalorado
- Apóyate en ejercicios de enriquecimiento ambiental en casa: juguetes de olfato, mordedores congelados y toallas húmedas son buenas opciones
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Actividades que no requieran esfuerzo físico, pero que lo mantengan estimulado: habilidades u obediencia pueden ser un plus
- Si tienes terraza o jardín, contar con un barreño, piscina, zona para remojarse o «cama fría» son buenas opciones: los arneses o chalecos refrigerantes también.
Por último, vale la pena que tengas en cuenta unos mínimos de prevención (aunque esto suponga una visita rápida al veterinario), ya que las pulgas, garrapatas y mosquitos (flebótomos) aumentan con el calor (no es casual que, en marzo, ya se vean insectos por todas partes). Revisa collares, pipetas y pastillas antiparasitarias.
Consejos finales
En resumen, si tuviese solo un minuto para darte un par de consejos para proteger a tu perro del calor te diría:
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Prioriza rutas tranquilas, a primera y última hora del día.
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Observa su lenguaje corporal y no lo fuerces a «hacer cosas»
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Olvídate de las metas u objetivos del resto del año: sobre todo, aquellas que exijan desgaste físico