Durante varios años, viví y visité Mallorca con bastante asiduidad con mis bichos. Para ello, escogí viajar con los perros en barco (en ferry, no en un velero surcando los mares :-P) y llevarme el coche.
Esta opción es bastante habitual desde hace años, si bien (a mi modo de ver] no siempre ha cumplido con las exigencias mínimas necesarias para el bienestar de los animales. Por otro lado, esto está cambiando y prueba de ello (aunque no me pagan por la “publi”) son las opciones de Balearia, como el Smart Ship (videovigilancia para los guías de la zona de mascotas) y, sobre todo, los camarotes habilitados para mascotas: que sí, que pagarás más, pero creo que la mayoría de nosotros preferimos esta opción.
En este artículo, vamos a ver, pues, qué opciones tienes para viajar con tu perro en barco, qué deberías enseñar a tu perro (antes de la travesía), por si las moscas, y qué navieras permiten viajar con tu colega peludo.
Opción A – El perro viaja en la zona de mascotas del barco
En la mayoría de los ferries, los perros y los gatos viajan en un espacio delimitado dentro de unas jaulas similares a los kennel dog o transportines. En viajes largos (+6 horas) esta era la opción mayoritaria y, pese a que se trata de una infraestructura lógica (espacio, número de animales, etc.), cuenta con varios puntos negativos:
- La acumulación de animales y el estrés (¡que se contagia!) crea un clima “similar” (con muchos matices) al que podemos encontrar en una protectora, por lo que nervios, ladridos y ansiedad son elementos comunes aquí
- Los perros que no están habituados a jaula o transportín no viajarán cómodos, debido a que se encuentran separados de sus guías y en un lugar desconocido
- En perros con ansiedad por separación, hiperapego, miedo a la soledad es una (otra) experiencia muy negativa que se cargan a las espaldas