El emotivo viral de un golden retriever está triunfando en redes. Se trata del último adiós de su familia tras varios meses de enfermedad en los que no había «tenido fuerzas ni para ladrar», según el testimonio de ElHuffPost. Tras avisar al veterinario para dormir al peludo, el golden realizó varios ladridos como despedida.
Este breve momento supuso para la familia una «gran despedida» que, además, ha llegado a millones de personas a través de las redes. Pero ¿qué hace que estos vídeos triunfen? ¿Se trata de los sentimientos de amor?, ¿de vulnerabilidad? ¿qué resuena con tanta intensidad como para conmover a tantas personas a través de una pantalla?
El Golden Retriever que nos llega al corazón
Estos vídeos conectan debido a los sentimientos compartidos de vulnerabilidad y al profundo vínculo humano-animal, con el que resulta sencillo que otras personas empaticen. Así, reflejan una conexión genuina que es fácil de leer y «hacernos nuestra» y, sobre todo, que se acentúa cuando se enfrentan al final de la vida de sus compañeros peludos.
Poco a poco, aceptamos que la pérdida de un perro (o cualquier animal de familia) puede ser tan devastadora como la de un familiar o amigo, puesto que ellos forman parte de nuestra rutina e incluso definen parte de nuestra identidad. Pero ¿cuándo damos el salto entre lo que vivimos y lo que vemos? ¿Por qué nos emociona ver la historia de un perro que nunca hemos conocido?
Al compartir estos momentos, las redes sociales proporcionan un espacio de empatía y apoyo que ayuda a muchas personas a procesar su duelo. Esta es una de las grandes virtudes, según Psychology Today: «la pérdida de un animal representa una ‘pérdida invisibilizada’ en la sociedad, es decir, que se reconoce menos de lo que debería.» Al convertir estas despedidas en un acto público, como las redes sociales, se crea un espacio de apoyo para un tipo de pérdida que muchos consideran privada o poco significativa desde una perspectiva social.
Además, ver estos vídeos, permite a otros reconocer y normalizar el dolor que sienten, evitando el estigma de que es «exagerado» sufrir intensamente por la pérdida de una mascota: el vídeo del golden retriever es un claro ejemplo de cómo puedes conectar esa historia con cualquier momento personal tuyo con animales.
Tres lecciones a partir de esta despedida
Finalmente, mientras que estos momentos en redes son útiles, es fundamental que no se busque solo la viralidad, sino el respeto y la autenticidad hacia el duelo por nuestros animales, para que no se reduzca a un simple contenido «atractivo» que busca visitas.
Por lo tanto, es importante recordar:
- La importancia de una despedida consciente Vivir la despedida de un compañero de vida es un proceso complejo. En esos momentos, despedirse correctamente no solo ayuda a las personas a manejar el duelo y permite dar un final respetuoso al animal que hemos amado toda una vida. Estudios sobre el comportamiento animal señalan que los animales son capaces de comprender la pérdida y la muerte de formas que pueden sorprendernos.
- Humanizar a los animales: encontrar el equilibrio Aunque es importante no humanizar en exceso a nuestros compañeros, los animales también tienen comportamientos relacionados con el fin de la vida. Algunos perros, por ejemplo, experimentan un aumento de energía antes de fallecer, un fenómeno que puede parecer incluso un adiós simbólico para la familia. La interpretación más obvia son reflejos instintivos o cambios en su estado físico, lo que muestra cómo perciben estos momentos tan especiales .
- Entender las redes sociales: un espacio de conexión y duelo compartido La viralización de estos momentos en redes sociales, además de sensibilizar a la gente sobre el proceso de despedida animal, también permite que las personas compartan sus historias y se sientan acompañadas en un proceso, a menudo, repleto de soledad y dolor.