Castración en perros: efectos en la salud y el comportamiento

Castración en perros - Camadas indeseadas - Comportamiento y salud

La castración en perros y sus efectos en la salud y el comportamiento es todavía un tema (un poco) tabú. De blancos y negros, vamos. Durante mucho tiempo, se ha dado por sentado que hay que esterilizar a todos los animales de familia por recomendación veterinaria, y ya está. Punto pelota. No es así (desde mi punto de vista), tanto por razones de salud como de cambios hormonales que afectan al comportamiento.

Hay muchas dudas en el aire: ¿siempre es beneficioso? ¿Cuándo está contraindicado? ¿Es ético? Muchos guías (propietarios) no se sienten cómodos o se encuentran faltos de información a la hora de decidir y, hoy, apenas hay artículos útiles en Internet, por lo que he visto muy interesante dedicar un texto a este tema.

Esterilizar o no esterilizar, he ahí el dilema bien perro

Según los Estudios de Abandono y Adopción de la Fundación Affinity, entre los principales motivos de las renuncias, abandonos y eutanasias siguen estando la cría no controlada y los comportamientos molestos o peligrosos del animal en relación con su guía.

Por ello, la esterilización cumple un rol doble:

  • Elimina la principal fuente de testosterona (machos) y estrógenos y progesterona (hembras) haciendo inviable la reproducción del animal; en otras palabras, ayuda a controlar la población (embarazos) y evita que muchos de ellos acaben en protectoras o perreras
  • La castración ayuda, además, a prevenir o reducir ciertos problemas del comportamiento asociados con la carga hormonal (hormonodependientes), como la agresividad intraespecífica canina, el marcaje, etc.

¿Qué ocurre? Que la castración en perros se ha convertido en un tema estandarizado. Sin embargo, la cuestión es más compleja y la esterilización debería tener presente un análisis de riesgos y beneficios donde evaluar edad, sexo, raza, cómo vive el perro y si puede ser necesario a largo plazo, etcétera, junto a un equipo especialista (veterinario, etólogo, educador).

Vamos a ver, una a una, las principales razones a nivel de salud y a nivel de comportamiento. 

Castración en perros: efectos sobre la salud

La castración (en el macho, la extirpación de los testículos y en la hembra, la extirpación de ovarios y útero) es una operación quirúrgica común y rutinaria.

Esto se traduce en:

  • Bajo índice de mortalidad y de complicaciones asociadas
  • Recuperación rápida (por regla general, no requiere de ingreso hospitalario: el mismo día, vuelven a casa)
  • Precio económico (en machos, notablemente más, pero que se mueve en una horquilla de 150 a 300 € por regla general; aquí hay que sumar el análisis prequirúrgico, que rondará los 40-50 euros)

Aspectos positivos de la castración sobre la salud canina

Disminución del riesgo de tumores mamarios

Se ha evidenciado que castrar disminuye notablemente el riesgo de padecer tumores mamarios (este el tipo de tumor más común en perras);  la castración temprana puede ayudar a prevenir esta enfermedad.

Castración en perros - 2 - Comportamiento y salud
—Se te va a acabar lo de levantar la patica, Tobby.
—Eso ya no me lo quitas, que soy un perrazo sénior.

Por otro lado, procesos como la pseudogestación (comúnmente conocida como “embarazo psicológico”) son eliminados de por vida. Hay que tener presente que la pseudogestión no es una patología en sí misma, sino un mecanismo de supervivencia propio de perros, lobos y otros animales salvajes que permite que varias hembras del grupo participen en la crianza de los cachorros. En tal caso, si la madre biológica enferma o muere, otras hembras de la camada pueden acoger su rol de cuidadora. Por lo tanto, el término «embarazo psicológico» tampoco es del todo correcto.

Menor riesgo de infecciones, incontinencia, obesidad…

Si la cirugía comprende también la extirpación del útero (hoy día, hay otras opciones, como la ligadura de trompas), previene el desarrollo de infecciones uterinas (la piómetra es común en altos porcentajes —entre el 15,2% y el 24% de perras— en perras de 4 a 10 años) así como ante desórdenes relacionados con la gestación y el parto

Menor aparición de tumores en testículos y ovarios

Si bien el porcentaje de animales domésticos que sufren este tipo de tumores es escaso, la castración en perros previene y solventa este problema, por lo que podría considerarse una medida eficaz.

Asimismo, en machos, la esterilización evita el desarrollo de una hipertrofia o hiperplasia prostática benigna HPB (agrandamiento de la próstata que puede oprimir la uretra y ocasionar problemas urinarios y vesicales). Este no es un problema médico grave; a los 9 años, 9 de cada 10 machos no castrados presentan hiperplasia prostática (HPB), pero tampoco mola. 

Aspectos negativos de la esterilización sobre la salud canina

Por el otro lado, la castración en perros está asociado a problemas como la incontinencia, la obesidad o la diabetes mellitus. A continuación, vamos a ver aquellos desordenes más comunes.

Riesgo de incontinencia urinaria

Vinculado al nivel de estrógenos en sangre, en perros machos la castración está vinculada a un mayor riesgo de sufrir incontinencia urinaria. 

Tendencia a la obesidad (no probada)

Según los datos, los datos advierten que las perras castradas con libre acceso a la comida (cosa que, ni yo ni ningún etólogo o educador que conozca, recomienda salvo necesidad veterinaria), tienen mayor tendencia a ganar peso.

En machos, esta tendencia no se ha observado. Por otro lado, no permitir libre acceso a la comida y controlar el peso con dieta y ejercicio es más que suficiente para el bienestar de nuestras perras, y perros.

Mayor incidencia de diabetes mellitus e hipotiroidismo

Bueno, no hay evidencias de que aumente el riesgo, pero la incidencia es 8,7 % mayor en perros y gatos machos castrados. Vamos a tirar de refranero: si el río suena… pero muy científico tampoco es como argumento. A su vez, algunos estudios señalan que aumenta el riesgo de hipotiroidismo, aunque este es controlable con medicación.

Huesos más frágiles en castraciones tempranas

En cachorros y perros esterilizados a edad temprana se ha asociado una afectación en la consolidación de los huesos largos, pues esta, en parte,  está controlada por las hormonas sexuales (gonadales). Esta es una posible explicación, pero, igual que ocurre con la diabetes mellitus, no hay estudios que hayan probado esa correlación.

MITOS sobre la CASTRACIÓN EN PERROS ❌ ¡Deja de creértelos!

Castración en perros: efectos sobre el comportamiento

La esterilización supone una alteración hormonal definitiva relacionada con las conductas sexualmente dimórficas (o sea, las conductas que muestran uno de los sexos: monta, marcaje, algunos tipos de agresividad). A menudo, esta es la parte más interesante y aquella a la que, por desgracia, menos atención se presta previamente a una castración.

(A ver, esto también te lo digo yo, que soy educador canino y no veterinario: léelo en su debido contexto, pero que tengo razón, claramente.)

  • Por un lado, si alguna de las conductas está dificultando la relación guía-perro o la actitud del perro en algunos contextos, la esterilización puede ayudar (conductas de vagabundeo, marcación de orina, etc.). ¡Ojo!, que no es magia potagia, y deberías trabajar con un etólogo y un educador canino.
  • Por el otro, podemos aumentar problemas como la reactividad en perros inseguros, pues reducimos la carga testosterona-estrógenos, o viceversa, en el caso de las perras. 

Beneficios de la castración en el comportamiento

En perros macho, reducimos la agresividad intrasexual (60 %, se estima según el artículo en el que he basado este), el marcaje con orina (50 %) y el vagabundeo (90 %) en busca de damas con las que tener bonitas historias de amor.

Si se practica la cirugía antes de la pubertad sexual, aunque puede encadenar otros problemas (huesos, aunque no está probado, sí existe correlación), evitamos con notable probabilidad que se fijen conductas como la monta y la cópula. Autores como Overall y Lowe (2001) afirman que la agresión interespecífica (a humanos) también se reduce gracias a la castración en perros.

No hay pruebas de que la esterilización de un perro o una perra interfiera en los trabajos de adiestramiento o su rendimiento. Sí es cierto que la carga hormonal supone modificaciones que pueden ser positivas o negativas.

Perjuicios de la esterilización en la conducta

Por el contrario, a veces, se intenta vender la esterilización como una suerte de panacea. La castración en perros se vincula demasiado a la agresividad obviando causas ambientales, procesos de aprendizaje y lo operante o funcional que resultan muchas conductas (que pueden no estar aceptadas en el contexto donde se dan). Los problemas de conducta requieren de un análisis funcional de la conducta y un trabajo de modificación de conducta; ahí la castración en perros puede sumar, pero pocas veces es es el quid de la cuestión.

Un desequilibrio en la carga hormonal (desajuste) también puede sumar problemas que, inicialmente, no existían. Algunos ejemplos son los perros más miedosos o inseguros tras la castración, o todo lo contrario, perros/as más reactivos/as o que incrementan sus conductas de dominancia (agresividad competitiva).

Castración en perros: sí o no (Conclusiones)

Vale, partimos de la base de lo que he dicho arriba: estudiar el caso, implicaciones, darle la importancia que merece, dejarse asesorar. Eso es otra forma de decir que no hay verdades absolutas.

Yo digo sí, siempre que etólogo, educador y veterinario estén de acuerdo y no recomienden otra cosa. Hoy día, hay miles de perros en protectoras y no hay razones para seguir criando más allá de preservar las razas (cosa que no deberías hacer tú en tu casa sin tener ni idea de genética ni de cría). Adeás, ideas antiguas ya se han rebatido (dolor, menos macho o menos hembra, las hembras tienen que criar una vez…). 

Por lo tanto, si nos dejamos guiar por el papel de los profesionales y somos responsables, todo nos indica que la decisión adecuada suele ser esterilizar si no hay riesgos de salud o comportamiento. 

La decisión final depende de cada guía y familia, pero decir no a la castración de perros también es sinónimo de más responsabilidad y control en los celos: no te olvides.

Bibliografía sobre castración en perros

Contenidos más generales

Affinity PetCare – Cuidados postoperatorios tras la castración

Sobre la castración en perros [artículo propio, Tandem Dogs; antes, Dog’N’Roll]

Joaquín Pérez-Guisado. Universidad de Córdoba. “Efectos de la castración del perro sobre diferentes patrones conductuales”.

Contenidos académicos (estudios veterinarios, etc.)

Overall, K. L., Love, M. Dog bites to humans-demography, epidemiology, injury and risk. J. Am. Vet. Med. Assoc. 2001, vol. 218, p. 1923-1934

Laura J. Sanborn, M. S. “Long term health risks and benefits associated with spay and neuter in dogs”. Mayo, 2007.

Benjamin L. Hart, Robert A. Eckstein “The role of gonadal hormones in the occurrence of objectionable behaviours in dogs and cats”. Applied Animal Behaviour Science 52 (1997) 331-334

James O’Heare. (2006). “The effects of spaying and neutering on canine behaviour”. Association of Animal Behaviour Professionals.

Neilson JC, Eckstein RA, Hart BL. “Effects of castration on problem behaviours in male dogs with reference to age and duration of behaviour”. JAM Vet Med Assoc. 1997, Jul 15;211 (2): 180-2

Parvene Farhoody y M. Christine Zink. (2010). “Behavioral and Physical Effects of Spaying and Neutering Domestic Dogs (Canis familiaris)”. Summary of findings detailed in a Masters thesis submitted to and accepted by Hunter College by Parvene Farhoody in May, 2010.

D. M. Cooley, B. C. Beranek et al. (2002). “Endogenous gonadal hormone exposure and bone sarcoma risk”. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2002 Nov;11(11):1434-40.” 

Margaret V. Root Kustritz. “Determining the optimal age for gonadectomy of dogs and cats”. JAVMA, Vol 231. Nº 11. Diciembre 1, 2007.

Paul L. Barrows. “Professional, ethical and legal dilemas of trap-neuter-release”. JAVMA, Vol 225, Nº 9, Noviembre 1, 2004

James W. Yeates. “Maximising canine welfare in veterinary practice and research: a review”. The Veterinary Journal (2001), doi: 101016/j.tvjl.2011.10.024

 

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