Los perros que no cuentan con una rutina equilibrada o tienen problemas de salud (dolor, desajustes hormonales, etc.) o de conducta pueden generar episodios de estrés y ansiedad. A menudo, con las familias, me encuentro con dudas (razonables) sobre qué es el estrés o la ansiedad y cómo prevenir el estrés en perros (¡y la ansiedad!).
Estas dudas son lógicas, ya que conceptos como el estrés, la ansiedad, la frustración o el miedo son constructos psicológicos que no pueden tener una definición exacta (no significan lo mismo para dos personas: o sea, funcionan como etiquetas). En otras palabras, todos podemos entender el estrés, pero sus particularidades variarán según cada persona o ser sintiente.
Pero ¿en qué se diferencia el estrés y la ansiedad?
Como ya sabrás, el estrés es un sentimiento de tensión física o emocional, que puede surgir ante cualquier situación (o asociación de estímulos) que haga sentir al perro frustrado, furioso o nervioso; a su vez, la ansiedad es un sentimiento de inquietud, nerviosismo, preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de ocurrir o (creemos) que puede llegar ocurrir.
Así, podríamos decir (yo lo definiría así) que el estrés es un sentimiento presente con el estímulo aversivo también presente en el contexto (aquello que provoca dolor, incomodidad, miedo…), mientras que la ansiedad es un sentimiento que se inicia antes de que algo ocurra, pudiendo ocurrir o generando un proceso de incubación de Eysenck (esta es la teoría más aceptada).
De este modo, ofrecer a nuestros perros un bienestar físico y psicológico será básico para que estén sanos y no desarrollen patologías. Sin embargo, pueden haber situaciones en las que el animal no se sienta cómodo, por lo que, para cualquier rutina, necesitamos plantear una exposición controlada y adaptada al individuo.
3 claves para prevenir el estrés en perros
Si queremos evitar episodios de estrés o conductas relacionadas, deberíamos ofrecer una rutina equilibrada a nuestros colegas, pero ¿en qué consiste una rutina equilibrada más allá de las cinco libertades del bienestar animal?
Considero que es importante tener presente algunas premisas más:
I. Paseos estimulantes (a diario)
Hablamos de salidas que permitan a nuestros perros disfrutar de distintos olores, socializar con otros perros y personas (según su carácter), pasear por nuevas zonas y establecer unos tiempos adecuados.
Solemos olvidar este último punto, concentrados en lo que un paseo representa para nosotros. No obstante, los perros prefieren moverse en zigzag, olisquear como principal forma de reconocer un espacio e interactuar con el entorno según su carácter, su ritmo y necesidades. Un paseo no puede ser una guerra, sino que debe ser un evento cooperativo: no estoy de acuerdo en dejar a hacer al perro lo que quiera (todo el tiempo), pero mucho menos en imponer nosotros todo lo que puede hacer el perro.
El paseo es, en esencia, el tiempo de calidad del perro y nosotros debemos estructurar esos tiempos entre los distintos tipos de paseos que toca ofrecerle a diario.
II. Rutinas que ofrezcan ejercicio físico y estimulación mental
En el contexto del paseo, debemos tener presente tiempos, variedad y fortalecimiento del vínculo: ningún perro puede ser feliz si todos sus paseos son higiénicos, pero tampoco si se pasa la vida entrenando.
Asimismo, plantear una rutina con niveles altísimos de exigencia física puede ser tan perjudicial como una vida sedentaria en los perros. En casa, deben contar con un ambiente enriquecido: juguetes guays para tu perro, ejercicios (obediencia, habilidades, juegos) y conductas de forrajeo.
Caer en generalizaciones aquí es tan malo como no dar ninguna opción, por lo que tendremos que entender y cubrir las necesidades individuales de cada perro, siendo estas, a menudo, susceptibles de variar a lo largo de su vida y de las distintas etapas por las que el animal atraviesa. En cualquier caso, prevenir el estrés en perros pasa, también, por 1) ni exponer a tu perro a ambientes que le generan ansiedad a diario 2) ni meter a tu perro en una burbuja irreal.
III. Valorar posibles problemas asociados a miedo o frustración
Por último, y quizá lo más importante, es que el estrés y la ansiedad pueden (y suelen) aparecer en las distintas etapas de vida. Si ocurre con los seres humanos, ¿por qué no va a suceder con los perros?
Ante la presencia de conductas que denoten estrés será muy importante entender y clasificar las mismas entre distrés (estrés perjudicial) y eustrés (estrés útil, que nos lleva a la acción y podemos gestionar). Antes de entrar en la valoración de problemas asociados a estrés, miedo y frustración, déjame dedicar un párrafo a los tipos de estrés.
Distrés, eustrés, y por qué no dejar al perro en una burbuja
Está comprobado que los seres más resilientes no son aquellos que nunca han tenido estrés en sus vidas, sino aquellos que han podido manejar niveles de estrés moderados. De este modo, el individuo lleva a cabo la acción (tiene un porqué para esto), pero no se frustra, se angustia o se bloquea.
En las personas, el eustrés es el nerviosismo que podemos sentir a la hora de realizar un examen, cuando se nos acumula el trabajo, cuando tenemos prisa por llegar a determinado lugar y vemos que perdemos el autobús. En los perros, es habitual ver eustrés en trabajos de obediencia funcional, modificaciones de conducta e incluso frente a un juego de inteligencia.
La diferencia es que el eustrés queda ahí, el organismo lo gestiona, lo resuelve y, si me apuras, mejora la resiliencia del sujeto; por el contrario, el distrés frustra (no consigo lo que quiero), agobia o nos enfrenta a situaciones que no nos vemos capaces de superar.
Valorar posibles problemas para prevenir el estrés en perros
Por lo tanto, prevenir el estrés y la ansiedad de tu perro también pasa por comprender que hay situaciones que pueden estar por encima de sus posibilidades, pero sin caer en la dinámica de “lo tengo que proteger del mundo”.
¿Qué pasa cuando una madre sobreprotege a sus hijos o a sus hijas? ¿Les está ayudando o les está restando competencias necesarias para su futuro? Con los perros, ocurre lo mismo. Sin embargo, a menudo, nos damos cuenta cuando el problema ya está presente.
A grandes rasgos, debemos entender que cualquier conducta que realiza un perro (comportamiento) es funcional y tiene un sentido, sin embargo, aquellas conductas desadaptadas suelen indicar dos cosas: o bien una falta de pautas educativas (límites, etc.) o, más habitualmente, exteriorizaciones (conductas visibles) asociadas a la frustración, la inseguridad, el miedo y otras etiquetas que utilizamos para definir un estado emocional alterado.
Te recomiendo:
- Valorar cómo pasea tu perro: ¿se siente inseguro o frustrado frente a objetos, situaciones, otros perros o personas o lugares comunes?
- ¿Dirías que existen problemas comunicativos? (para que te entienda o para entender lo que tu perro quiere)
- ¿Qué otros aspectos ajenos al paseo están afectando a las salidas?
Espero que este artículo te ayude a entender cómo prevenir el estrés en perros y, en especial, a mejorar la calidad de vida de tus colegas caninos.
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