Quedan muchas personas que siguen dudando de la importancia de los paseos para perros para nuestros colegas peludos. Esto es debido, a que se sigue sin entender que, en estado natural, los paseos permiten al perro cubrir todas sus necesidades: alimentarse, ejercitarse, olfatear, relacionarse con otros animales, reproducirse y un largo etcétera.
A lo largo de la historia humana, hemos interactuado y cuidado del perro hasta domesticarlo. ¿Qué ocurre? Pues que esto no ha eliminado su necesidad de pasear, sino todo lo contrario. A medida que las ciudades alejan a los perros de su comportamiento instintivo, más necesario es pasear y permitir que el animal siga conectando con su esencia.
¿Para qué le sirve a un perro pasear?
Me citaré a mí mismo (lo que decía en otro artículo) para explicártelo:
Pasear es lo que hace a un perro, perro. […] Los perros viven paseando: sus primos lejanos, todo el género de los Canis —entre ellos, perros, lobos, chacales, coyotes y dingos— se mueven incontables horas a lo largo del día y, hasta hace no mucho, el perro doméstico también lo hacía.
El problema es que resulta complejo —por no decir imposible— que todos los paseos cumplan los criterios que permiten saciar gran parte de las necesidades del perro: debemos tener presente que un perro doméstico mantiene muchas horas de inactividad. Por lo tanto, en lugar de frustrarnos, buscaremos cómo crear paseos interesantes, divertidos y que conecten con aquello que ellos/as necesitan.
En mi caso, divido los paseos que podemos realizar con nuestros perros en cuatro tipos: paseos higiénicos, paseos deportivos o recreativos, paseos de socialización y paseos de entrenamiento. Algunos de estos (tipos de) paseos pueden combinarse en una única salida (por ejemplo, los paseos higiénicos y deportivos: primero uno, después el otro), mientras que otros requieren de distintos momentos para realizarse (como los paseos de entrenamiento y socialización).
#1. Paseos higiénicos para perros (siempre con algo más)
Son los paseos típicos que los guías suelen hacer a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde/noche. Se trata de paseos breves, cuya función es, simplemente, el alivio (fisiológico) de nuestros colegas. Así, nos aseguramos de que les resulta sencillo aguantar el pis o la caca cuando salimos a trabajar o nos vamos a dormir. Simple, ¿no?
A priori, se trata de un paseo de poco valor —que no quiere decir que no sea importante—. El perro que vive en piso, no obstante, deberá realizarlo durante toda su vida; si vives en una casa con terreno o zona en la que tenga permitido hacer pis, podrías incluso omitir este tipo de paseos. En cachorros y perros jóvenes, no obstante, estos paseos se deberán hacer mucho más seguidos y podemos aprovecharlos para reforzar y premiar las conductas higiénicas positivas.
Como guía, recuerda que un cachorro tiene un control de los esfínteres mucho más limitado (en realidad, hasta los 3-4 meses, no tienen control) y, como medida general (aunque inexacta), puede retener el pis y la caca una hora más que sus meses de vida: o sea, un cachorro de 2 meses podrá aguantar el pis o la caca un máximo de 3 horas; un cachorro de 5 meses hasta 6 horas, etc.
¡Ayuda! ¡Mi perro no quiere volver a casa después de hacer pis o caca!
Los perros son expertos asociando eventos. Por ello, siempre evitaremos volver a casa de inmediato después de que el perro haga pis o caca.
Y tú dirás:
¡Pero Javi, si es un paseo higiénico: salimos a eso!
Correcto. No obstante, si el perro asocia que hacer pis o caca es sinónimo de “se acabó el paseo”, puede intentar alargar el tiempo que está en calle reteniendo el pis o la caca (aguantarse las ganas) o “remolonear” tras realizar las conductas higiénicas, porque ya ha generado la expectativa de que, a continuación, volvéis directamente a casa.
De este modo, cuando salgamos a hacer un paseo higiénico siempre añadiremos algo más, como:
- Permitir al perro oler durante unos minutos
- Dar un par de vueltas más a la manzana
- Practicar un pequeño “sembrado” o un par de ejercicios de obediencia
- Dejar pasar un poco más de tiempo o socializar con algún perro o persona
#2. Paseos deportivos para perros sanos
El objetivo básico de estos paseos es ejercitar al perro: no interactuar con otros perros ni practicar obediencia o modificar una conducta. Este tipo de paseo con tu perro puede ir desde salir a hacer footing juntos a jugar con una pelota o un mordedor/motivador. Sin embargo, hay que tener presente que:
- Los paseos deben adecuarse a la edad, carácter, estado y actividad física del perro
- Atienden a sus capacidades individuales y a sus limitaciones
- Si vamos a jugar con pelota, frisbee o mordedor, deberíamos tomarnos tiempo para crear una pauta de juego estructurado y hacerlo divertido para los dos. Principalmente, para evitar reforzar conductas que provoquen ansiedad o frustración en el perro o dificulten la convivencia guía-perro
- Enséñale a utilizar bien un arnés (hay arneses especiales para correr, hacer canicross, que el perro nos acompañe a montar en bici, etc.) para evitar posibles lesiones en el cuello
Paseos ¡repletos de aventuras!
Como recordatorio, hay que tener presente que una buena obediencia es imprescindible para realizar ejercicio con el perro sin atar en zonas controladas. En la montaña o en los parques urbanos, por ejemplo, aunque (a priori) los peligros puedan ser menores, deberíamos asegurarnos de contar con una buena llamada, un buen quieto y haber reforzado adecuadamente el instinto de seguimiento. Del mismo modo, una supervisión activa es imprescindible siempre que llevamos a un perro suelto.
#3. Paseos de socialización (para que nuestros perros estén equilibrados)
Los paseos de socialización nos permiten acostumbrar al perro a distintos tipos de ambientes que comparten o compartirán con otras personas, perros, ruidos o vehículos, entre otros. Durante las primeras etapas de vida o tras una adopción, debemos realizar paseos orientados a habituar de forma positiva y controlada al perro a todo tipo de situaciones:
El perro es un animal social y sociable, por lo que le encanta visitar nuevos lugares, personas, conocer a otros animales, pero no significa que tenga que hacerlo todo el tiempo y sin ningún orden: nosotros somos seres sociables y no saludamos ni charlamos con todas las personas que vemos por la calle, ¿verdad? Aquí, tres cuartos de lo mismo.
Este tipo de paseo es básico para los perros durante toda su vida, pero especialmente importante en las etapas de cachorro y juvenil; posteriormente, deberán realizarse, por lo menos, una o dos veces por semana, pero siempre dando prioridad a la calidad frente a la cantidad.
Socializar al perro en los paseos debe ser sinónimo de:
- Encontrarse, interactuar y jugar con otros perros (equilibrados)
- Tener un conocimiento amplio de las señales de calma y apaciguamiento con el objetivo de saber leer las interacciones de los perros y poder actuar en consecuencia, si fuera necesario
- Facilitar relaciones interesantes y enriquecedoras y, por lo tanto, evitar que el perro se estrese (o estrese a otros perros), se presente “a lo bruto” o no lo “pase bien” durante una interacción: en tal caso, separamos y damos espacio o, en última instancia, nos marchamos
- Conocer nuevos espacios, lugares y zonas para no aburrirnos: ¡hay mucho mundo por oler!
- Asegurarnos de que el perro siempre puede gestionar las situaciones para, a continuación, habituarse y generalizar una zona de confort cada vez mayor.
#4. Paseos de entrenamiento: educación, obediencia, habilidades…
Por último, tenemos los paseos de entrenamiento. Para los perros, entrenar es sustituir y complementar parte de las funciones por las que han sido seleccionados y criados durante milenios.
Un paseo de entrenamiento puede centrarse en establecer pautas de educación canina (educativas) o de adiestramiento en obediencia, así como ambas; también puede servir para ayudarnos a seguir modificando una conducta mediante procesos como la desensibilización, el contracondicionamiento o la integración de una conducta alternativa o ROA (Respuesta Operante Alternativa) o a generalizar en calle habilidades caninas u otros comandos (marcadores de referencia, por ejemplo).
En paralelo, muchos guías aprovechan este tipo de paseos para saciar instintos, como la caza (juego con pelota) o la presa (mordedor), lo que estaría a medias entre el paseo deportivo y el paseo de entrenamiento, así como para enriquecer otros tipos de paseos con parte de entrenamiento (yo casi siempre entreno unos minutos durante los paseos largos con mis perros, por ejemplo) unido al ejercicio físico, la socialización o las conductas higiénicas.
Resumen (muy resumido) de los tipos de paseo para perros
Si quieres un breve resumen y no te interesa leer en profundidad todo el artículo, pero sí tener una idea general de los cuatro tipos de paseos para perros de los que he hablado. ¡Aquí lo tienes!
- Paseos higiénicos, que sirven para que tu perro haga pis o caca (conductas higiénicas). Son paseos breves y que suelen atender a momentos del día en los que tenemos poco tiempo.
- Paseos deportivos, que nos permiten practicar ejercicio con nuestro perro (caminar, correr, hacer senderismo) o realizar algún deporte complementario (canicross, por ejemplo).
- Paseos de socialización, en los que el perro conoce a otros individuos, contextos y situaciones de forma controlada y con una buena gestión emocional de la situación.
- Paseos de entrenamiento, donde trabajamos obediencia básica o avanzada, habilidades caninas o reforzamos las clases de modificación de conducta