Los mínimos de estimulación para perros son una tontería enorme, te lo dice un educador canino

Los mínimos de estimulación para perros son una tontería enorme, te lo dice un educador canino

El juego no solo es juego para los perros. Puede que ya lo sepas: el juego es una actividad básica para su bienestar físico y emocional. Desde cachorros, los perros aprenden jugando, entienden los límites jugando, y también enriquecen su día a día. Sin embargo, últimamente se habla mucho sobre mínimos de estimulación para perros, en una dinámica similar a la humana: “esto es lo mínimo que tienes que beber de agua al día“, “esta actividad te soluciona blablablá en 3 meses“, etcétera.

No, queridos, queridas. No es así. No hay una fórmula mágica, y la mayoría de las noticias están ahí para ser leídas, no por ser verdad (no quiere decir esto que no haya grandes artículos de divulgación, pero, en prensa, los artículos, en general, suelen centrarse en un tema atractivo en el que hacer clic).

Te cuento esto porque es imprescindible adaptar el juego a las necesidades individuales de cada perro, considerando su edad, raza, tamaño y estado físico. Lo mismo pasa con los niveles de actividad.

El juego, una parte de los mínimos de estimulación

Las actividades de juego (y hay muchas, no solo pelota y mordedor, que también son fenomenales) ayudan a mantener a los perros activos y entretenidos y mejoran su calidad de vida. A grandes rasgos, hay tres puntos imprescindibles por los que el juego es muy chulo:

Huye de la idea de “tiempo diario”

Sin embargo, hablar de “tiempos diarios” es poco claro (como en este artículo). Un perro joven no necesita de 1 a 3 horas de juego, aunque sí puede necesitar esos tiempos de ejercicio y actividad: si juegas 3 horas con tu perro, pobre perro, y pobre tú.

Por lo tanto es importante diferenciar entre actividad (ejercicio, olisqueo, forrajeo, paseo, habilidades y obediencia) y juego (que, normalmente, asociamos a “juego activo”, además, como lanzar la pelota, el frisbi o luchar un mordedor).

  • Sí es cierto que los cachorros necesitarán menos tiempo de juego y actividad, pero más veces al día
  • Los perros adultos (1-7 años, o más, dependiendo de la raza) podrán realizar actividades más dinámicas dependiendo de su línea y su tamaño
  • Los sénior, van a basar su enriquecimiento cada vez más en actividades mentales, de forrajeo (dispensadores de premios, masticación) y paseos en zonas más variadas o naturales, que también deberían formar parte de la rutina de cachorros y adultos

Pero todo esto es teoría.

Puedes tener un cachorro que apenas quiera jugar y le encante olfatear. Un perro joven que tenga nulo interés en perseguir pelotas o jugar con un mordedor (todo se enseña, también) y un largo etcétera. En cambio, un perro anciano que ha jugado toda la vida con mordedor, seguirá pidiéndolo hasta sus últimos épocas: por descontado, tendremos que adaptar (siempre que se pueda) tiempos, intensidades y exigencia.

En mi caso, jugué con mi perra Dana, pastor alemán, hasta sus 14 años largos (E.P.D.)

Tú, tu perro y personalizar los mínimos de estimulación

En conclusión, la cantidad de actividad necesaria puede variar significativamente entre razas, mezclas de razas, y características individuales. Así, un border collie puede mostrar una necesidad casi compulsiva de interactuar con juguetes como la pelota (sobre todo, si no lo estructuras y enseñas correctamente), mientras que otros perros podrían no encontrar el juego particularmente relevante sin asociarlo a otros estímulos (como la comida).

En el artículo que me ha inspirado para escribir este (te lo he enlazado al inicio del anterior apartado), dicen: “El juego ejerce un papel clave en la evolución del animal y debe adaptarse a la necesidad de cada individuo.” Esto es uno de los puntos más certeros, y ciertos, y el principal aspecto que debemos tener en cuenta.

No todos los perros se van a interesar por el juego. Y eso está bien. Ni por el juego social, tras las primeras etapas del desarrollo, ni por juego con juguetes. (Repito: puedes trabajar estrategias para que la actividad resulte atractiva y enriquecedora.)

Además del juego, existen otras actividades complementarias que no solo son entretenidas, sino fundamentales para satisfacer instintos naturales y promover el bienestar. Tenemos que quitarnos de la cabeza que lo bueno es cansar mucho a un perro para que esté agotado: un perro cansado NO ES un perro feliz, ni tranquilo. Incluso puedes provocar lo contrario, intentando aumentar y aumentar esos mínimos de estimulación.

La actividad del perro se mueve entre:

  • Contacto social con otros perros y personas
  • Uso del olfato y del resto de sentidos (masticación, paseo, escucha activa…)
  • Ejercicios y actividades de exploración durante los paseos y en distintos entornos
  • Actividades de forrajeo en casa, el jardín o exteriores
  • Juego, ¡por supuesto!, contigo, con otros animales, con pelota, mordedor, etc.

Y mucho más.

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