¿Qué es el principio de Premack y cómo se aplica en la educación canina?

Hace un tiempo, hablamos sobre por qué los perros tiran de la correa y cómo podemos construir paseos agradables para todos. En ese artículo mencioné, de refilón, el principio de Premack, algo bastante útil en educación canina y que podríamos vincular al «niño, si acabas los deberes, jugarás a la PlayStation».

¿Qué es la ley de Premack?

Empezamos con la definición, que extraigo de un artículo sobre Premack muy interesante que hay en Doogweb y que os recomiendo:

El principio de Premack fue formulado por David Premack en 1965, y dice así:

Dadas dos respuestas en un procedimiento de condicionamiento operante, la respuesta más probable reforzará a la conducta menos probable; la respuesta menos probable no reforzará a la conducta más probable”. Finalmente la conducta más probable  —que no deja de ser un refuerzo— se «producirá» cuando se haya realizado la conducta menos probable.

Por experiencia, de esta definición suele ser complicado entender qué es una respuesta más probable y qué es una conducta (o respuesta) menos probable.

Explicando Premack con ejemplos…

Hay dos ejemplos que yo utilizo mucho con los clientes: la correa y la puerta de casa.

• Si pongo a un perro una correa, ¿cuál es la respuesta más probable? Que se mueva, y que quiera ir a sitios y, por lo tanto, la respuesta más probable es que tire para llegar a esos sitios lo más rápido posible.
• ¿Cuál es la respuesta más probable si abro la puerta de la calle? Que el perro la cruce, y salga.

Sin embargo, yo puedo enseñar al perro respuestas de menor probabilidad asociándolas a respuestas de mayor probabilidad, reforzando la conducta menos probable de las dos.

Por ejemplo:

Si el perro tira de la correa, no avanzaremos en el paseo, o no iremos al pipicán, como tenía en el ejemplo del artículo que enlazo arriba.

Si el perro intenta salir por la puerta, cerraré la puerta; además, si se sienta y respeta la puerta, saldremos mucho antes a pasear.

Como decían en Doogweb (cito de nuevo):

¿Por qué debería ir un perro a paso de humano, si somos lentos, pesados, nos paramos a charlar, a mirar escaparates…? La respuesta es que si para acceder a lo que el perro desea (llegar rápido al parque, correr tras la pelota, olisquear…) se encuentra con una conducta contingente —como puede ser andar al paso, o cualquier otra— la conducta menos probable se reforzará.

Las respuestas probables son, muchas veces, reforzadores primarios (pavlovianos), mientras que las respuestas menos probables son siempre conductas operantes que hemos reforzado nosotros o se han reforzado debido al contexto.

Por otro lado, recuerda que el principio de Premack es un recurso más que podemos incluir en la educación de nuestros perros, pero no exime de practicar cómo sujetar correctamente la correa, trabajar el vínculo o reforzar conductas que nos interesen mediante clicker, condicionamiento clásico y condicionamiento operante, por ejemplo.

El perro que usaba Premack en su beneficio

Como curiosidad, un perro, sin saberlo, también puede utilizar la ley de Premack para aumentar la probabilidad de una conducta poco probable. Hace un tiempo, trabajé un mastín que se negaba a salir a la calle con una persona de la familia, cuanto más tiempo pasaba, más probable es que otras personas de la familia se uniesen al paseo.

De este modo, un perro con alta demanda de atención (y cabezonería, y muchos kilos), conseguía que varios miembros de la familia saliesen a pasear con él si esperaba el tiempo suficiente en la escalera. Súmale un refuerzo intermitente para aumentar la expectativa y tenemos el cóctel perfecto. Entender cómo se refuerzan estas conductas y por qué se mantienen es clave para establecer una hipótesis (de mantenimiento) y extinguir conductas desadaptadas.

¿Cómo aplicamos Premack en la educación canina?

En sesiones, yo suelo usar Premack en tres situaciones cotidianas, principalmente: los ejercicios de paseo, la estructura de entradas y salidas (respeto a puertas) y los saludos adaptados (vamos, que no te demanden atención saltando como cabras montesas).

Sin embargo, hay miles de aplicaciones prácticas, desde el entrenamiento deportivo a la creación o modificación de conductas concretas.

¿Qué tiene que ver Premack con NELVEG?

En algunos casos en los que todavía recupero algunas cosas del método NELVEG (Nada En La Vida Es Gratis), aunque ni Premack ni NELVEG suelen gustarme para perros con baja tolerancia a la frustración, también puedo aplicar ciertos elementos adaptados en pautas educativas.

Premack podría resumirse en aquel: quien algo quiere, algo le cuesta. O sea, haz los deberes, si quieres el bollicao o salir a jugar al parque. En el caso de los paseos con correa, te remito al artículo que ya he mencionado un par de veces, mientras que con puertas suelo hacer lo siguiente:

Enseña a tu perro a respetar la puerta con Premack

Primero, le enseño a sentarse; después (otra sesión), aplico un sentado previo a a la salida; a continuación, voy aumentando dificultad hasta que el perro aguanta algunos segundos antes de liberarlo hacia fuera; cualquier intento de avanzarse supone el cierre de la puerta (castigo positivo o desaparición del estímulo reforzador); más pronto que tarde, retiro los refuerzos secundarios.

Enseña a tu perro a saludar correctamente con Premack

Para los saludos adaptados, aplico el mismo principio de Premack. Enseño, por regla general, una habilidad sencilla (un target de mano, o un target de mano sostenido: vamos, que nos toque la mano con el morrete o que nos aguante el morrete pegado a la mano) y, a partir de aquí, cualquier acción que no sea esta, no permite acceder al estímulo reforzador (o sea, a la persona que quiere saludar y comerse a lametones). Después, habitualmente, extingo el target en este contexto cuando el perro deja de hacer la cabra montesa.

Controlando la frustración y el principio de Premack

Quiero matizar, no obstante, que Premack no es la panacea, ni mucho menos. Es más, a menudo, los guías mantenemos unos niveles de exigencia que frustran (¡y mucho!) a los perros.

Por esta razón, hay que tener en cuenta varios puntos:

1. La exigencia y el refuerzo/aprendizaje de conductas alternativas de menor probabilidad en ese contexto
2. Muchas veces utilizamos el principio de Premack para reforzar unas conductas y, en paralelo, extinguir otras, ¿verdad? Una curva de extinción de una conducta genera variabilidad conductual, frustración y estrés, así que es importante controlar cómo está afectando al animal

Esto se traduce:

• Si no has enseñado a no tirar al perro en distintos contextos, no te pongas a trabajar eso en el contexto «voy al pipican» para que el perro lo tenga cien veces más difícil.
• Si tu perro no sabe sentarse a la orden, va a ser mucho más complicado que lo haga delante de una puerta antes de salir a pasear y, aunque lo haga, no creo que el estado emocional sea el idóneo.

Como consejo final, creo que es muy importante adaptar tiempos de exposición y niveles de exigencia y trabajar de forma gradual.

Cuando un niño empieza a hacer deberes después del colegio, no deberíamos tenerlo dos horas para conseguir jugar a la PlayStation 15 minutos; en tal caso, la conducta de alta probabilidad se verá afectada por criterios de contingencia, contigüidad y valor del refuerzo, entre otros; por el contrario, si empezamos con un nivel de exigencia más bajo (20 minutos de deberes, 15 minutos de PlayStation) y aumentamos gradualmente, funcionará mucho mejor.

En educación canina planteamos algo similar. Sobre todo, recordemos que, mientras la conducta que no queremos reforzar reduzca la intensidad, tenemos esa conducta que no queremos (que el perro tire) en un programa de extinción y la que queremos (que no tire) en un programa de reforzamiento. Parece complejo, porque lo es, pero también muy útil. 😉