Hace unos días, publiqué un clip informativo en Instagramsobre qué hacer si tu perro tiene miedo a los petardos. En parte, generalizar sobre estos temas es lo peor que se puede hacer y, del mismo modo, informar a través de experiencias propias nos aleja del método científico y nos acerca a los «consejeros de pipican».
Por lo tanto, creo que es interesante ampliar información en un artículo bien documentado, con fuentes de referencia y que sirva para complementar el clip, que suele ser un post corto y con los puntos principales sin desarrollar. Aun así, los perros pueden generar miedos, fobias y procesos de sensibilización que debería tratar un profesional (educador canino, etólogo clínico, etc.); por esta razón, no podemos 1) ni generalizar ni 2) creer que una modificación de conducta es seguir una hoja de instrucciones.
La realidad: perros con miedo a los petardos
Hay un porcentaje altísimo de perros con miedo a los ruidos fuertes.Se estima que entre un 53 y un 74 % de los ejemplares de perro (Canis lupus familiaris) tienen miedo a los ruidos de la pirotecnia.
La investigadora veterinaria Jessica Perry Hekman […] señala que la fobia al ruido sí que podría tener algún componente genético (algunas razas como el border collie parecen tener más predisposición) y que está, a menudo, asociada con la ansiedad por separación, sugiriendo que puede existir algún desorden de ansiedad subyacente.
A menudo, el miedo se manifiesta como inseguridad, estrés o ansiedad en niveles menores y como un rapto emocional o amigdalar en fobias o emociones que pueden llegar a ser abrumadoras. (más…)
Me paso los veranos devolviendo perros de las urbanizaciones de por aquí a sus casas o acercándolos a la comisaría, la verdad. Y es que sigue siendo «demasiado» habitual la frase ¡mi perro se escapa de casa! Aquí y, en general, en la mayoría de las zonas residenciales que conozco o de las que me han hablado.
Pero ¿por qué el perro se escapa de casa?
Va por delante que, los perros que se escapan tienen algunas causas comunes que es importante detallar:
Como es evidente, son perros que no cuentan con una obediencia básica ni un conocimiento de una estructura de normas y límites claros
Muy a menudo, no tienen cubiertas sus necesidades básicas que, más allá de la comida, el agua y una zona de descanso, se traduce en ejercicio, estimulación mental y contacto social (pilares del bienestar canino)
A veces, hay perros que han aprendido a realizar esa conducta como un juego o una ritualización con la que llamar la atención del guía e incitar a un juego (desestructurado y caca, pero que ya les compensa)
En unos pocos casos, me he encontrado con cachorros a los que la conducta exploratoria y vivir en una casa les ha jugado una mala pasada, pero suelen ser la excepción.
Entendiendo una conducta funcional desadaptada
Así, los perros intentan satisfacer, de otro modo, algunas necesidades o conseguir algo que quieren. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que se trata de conductas funcionales (les sirven para algo), aunque se encuentren desadaptadas y puedan llegar a ser muy peligrosas. (más…)
Quieres un perro, siempre has querido un perro, te encantan los perros… y vives en la ciudad. Bueno, tranquilo/a. Ya se desmintió aquello de que los perros solo pueden vivir en el campo, pero si quieres un perro para tener en un piso… debes tener en cuenta unas cuantas recomendaciones.
La advertencia necesaria: quieras tener perro en un piso, en una casa con piscina, o en un barco de vela…
Los perros son animales sociales que necesitan contacto con otros animales y personas, así como ejercicio y estimulación física y mental diaria.
Da igual que vivas en una casa en el monte, en un piso de una gran ciudad o en una autocaravana destartalada, necesitas poder ofrecerle un contexto y una guía que les permita poder cumplir las necesidades básicas a nivel de bienestar.
El tamaño del perro no es un factor importante (a ver, no te cojas un mastín si vives en un piso de 20 metros…)
El carácter y la selección genética, sí tienen mucho peso
Asimismo, es importante que valores:
El tiempo que puedas dedicarle, la solvencia económica (dinero; pasta, money, cash) y el compromiso como guía (propietario)
Tu carácter,modo de vida y, si estás adoptando, el carácter y la predisposición del perro también
Si buscas información sobre qué perro es mejor para tener en un piso, demasiado a menudo se confunden cuestiones aquí: tamaño del perro (en vez de energía y rutina del guía), animales ladradores, perros con highdrive en guías primerizos o sin los recursos necesarios (para gestionar las situaciones), y un largo etcétera.
A menudo, no somos conscientes del gran número de estímulos que percibe un perro en la ciudad: ¡ten en cuenta que ellos tienen mucho mejor oído y, sobre todo, olfato que tú y que yo!
Para esto, solo hay un artículo en español (que yo haya encontrado) que me parece interesantísimo y que aporta mucho: el de Alba Benítez (Simiperrohablara) y te recomiendo que te pases por ahí para valorar los temas siguientes:
Principales puntos para tener en cuenta si vas a vivir en un piso con tu perro
Despejar la duda sobre escoger un piso con terraza o sin terraza
Qué tipo de perros son mejores para vivir en un piso:spoiler, no lo hay; si bien hay algunas cosas que tener en cuenta
Es algo en lo que no solemos pensar (ni querer pensar) y, si ocurre, a menudo no sabemos qué hacer tras haber perdido al perro o gato. Es una situación que, si la has vivido, sabes lo angustiosa que resulta y el malestar que provoca. Sin embargo, es muy importante tener calma y tratar de mantener la cabeza fría.
¿Has perdido a tu perro, gato o mascota?
Pasos que seguir cuando un animal desaparece
Tómate un par de minutos. Cálmate. Mantén la cabeza fría, respira y enfoca la situación en pos de una solución. A continuación, es básico empezar a correr la voz mediante una acción bien planificada, para ello, te dejo aquí una pequeña guía para saber qué hacer si has perdido a tu perro o gato: (más…)
El sistema de identificación canina es uno de los puntos imprescindibles que todo guía debe conocer. Se trata de una herramienta que ofrece un plus de seguridad ante la pérdida del perro y resulta imprescindible para cumplir con la normativa de tenencia responsable de mascotas.
¿Cómo se identifica a tu perro?
Para identificar a tu perro, se establece el siguiente protocolo vinculado a la inserción de un microchip tan pequeño como un grano de arroz:
Colocación del microchip
El veterinario implanta un microchip por vía subcutánea (en Europa, se coloca en la región izquierda lateral del cuello o en la zona interescapular). El chip tiene un tamaño de alrededor de 8 milímetros de largo y 1 milímetro de ancho. Para insertarlo en el perro, se utiliza una herramienta similar a una jeringuilla (más grande y afilada) con el objetivo de insertarlo en una zona intramuscular profunda y evitar que se mueva o pueda ser retirado.
Identificación canina mediante microchip
Si, tras un desafortunado accidente, alguien encuentra a nuestro perro perdido, el chip permite para recuperar todos los datos asociados al perro (guías/propietarios, teléfonos, dirección) a través de un lector del que disponen en clínicas veterinarias, ayuntamientos, centros de acogida y comisarías.
Otras buenas prácticas de identificación canina
Que quede claro: que tu perro lleve microchip, no debería hacerte olvidar otras buenas prácticas de identificación canina.
Por ejemplo:
Es muy importante que, en la calle, el perro use collar y placa identificativa, por lo que acostumbraremos al animal a su uso
Una buena llamada y trabajar el control del guía con su perro y el autocontrol propio del animal, evitará muchas situaciones de riesgo, tanto si paseamos con el perro atado como si el animal va suelto por los espacios en los que puede ir
Trataremos siempre de no exponer al perro a situaciones de peligro, como quedar atado fuera de una tienda o un supermercado: es importante tener presente el concepto de supervisión activa con nuestros animales (es decir, incluso cuando el perro está educado, hay que recordar que nosotros podemos relajarnos, pero es nuestra responsabilidad supervisar su comportamiento en sociedad)
Esta cuestión, no obstante, ha sido tratada en múltiples libros. Uno de mis preferidos es En la mente de un perro. Lo que los perros ven, huelen y saben de Alexandra Horowitz, pero también es muy interesante el planteamiento y las conclusiones de Cómo nos aman los perros de Gregory Berns. Evidentemente, hoy, hay mucha más bibliografía; así que si te interesa el tema, solo es cuestión de buscar un poco.
Pero empecemos por explicar qué es la pirámide de Maslow, ¿de acuerdo?
¿Pirámide de… Maslow?
Abraham Maslow (1908-1970) planteó en su obra A Theory of Human Motivation(1943) una teoría basada en una jerarquía de necesidades con cinco niveles para los seres humanos: fisiológicos, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y de autorrealización que las personas deberíamos satisfacer desde las más básicas (en la base) hasta aquellos más elevadas (en la parte superior de la pirámide) para alcanzar la felicidad.
Pirámide de Maslow con los cinco niveles de necesidades para el crecimiento personal.
Por descontado, la pirámide de Maslow forma parte de una teoría de motivación escalable en la que, una vez hemos satisfecho las necesidades más básicas, desarrollamos necesidades y deseos más elevados. Así, cuando hemos saciado nuestras necesidades fisiológicas y de seguridad, nos centraremos en aquellas de afiliación, como el afecto, la amistad o la intimidad sexual; después, aquellas de reconocimiento (confianza, éxito, respeto) y, por último, las necesidades de autorrealización que atienden al desarrollo de los talentos y la creatividad.
La pirámide de Maslow para los perros o jerarquía de necesidades caninas
En un artículo similar a este, Alba Benítez de Si mi perro hablara decía:
La pirámide es una herramienta diseñada para ayudar a todas aquellas personas que trabajamos o convivimos con perros. Es una guía visual para identificar necesidades no cubiertas porque, muchas veces, son el origen de los problemas de comportamiento en perros.
Por descontado, las necesidades caninas no son las mismas que las humanas —por algo somos dos especies muy distintas entre sí—, pero el sistema de Linda Michaels guarda un paralelismo muy útil para hacernos una idea de por qué es tan importante cubrir/alcanzar esos cinco niveles para una vida plena de nuestros colegas peludos.
¿Qué busca (y quiere) un perro para ser feliz?
La pirámide de Maslow canina (por no usar un nombre más técnico, como jerarquía de necesidades caninas) se divide en cinco niveles; del más básico al superior:
Necesidades biológicas: la base que permite al perro estar vivo y mantener la homeostasis (por definición: conjunto de fenómenos de autorregulación que intentan mantener equilibradas las composiciones y las propiedades del organismo).
Neces. emocionales, que suponen el bienestar emocional del perro: amor, confianza, liderazgo benevolente, seguridad…
Neces. sociales: como animales de manada (gregarios), los perros necesitan del grupo social, es decir, de relaciones tanto con humanos como con otros miembros de su especie. Si un perro no puede generar vínculos afectivos, nunca podrá ser un perro totalmente equilibrado.
Entrenamiento amable: Michaels marca como un imprescindible el entrenamiento respetuoso con nuestros perros con el fin de ofrecerles más recursos para su vida diaria, modificar o reforzar conductas y cubrir las necesidades de aprendizaje del perro.
Cognitivas: cualquier perro requiere de retos mentales. El aburrimiento es uno de los grandes detonantes de muchos problemas de comportamiento.
Recuerda que no hay necesidades más importantes que otras (evidentemente, un perro necesitará cubrir sus necesidades biológicas en primer lugar para vivir, igual que tú), pero para ser feliz y estar sano a todos los niveles también debemos prestar atención al resto de niveles de la pirámide.
Si convives con un perro, antes o después habrás tenido que limpiar una mancha de pis o un charco de orina, ¿o no? Puede que sea un cachorro que todavía no tenga aprendidas unas conductas higiénicas (o no pueda aguantar el tiempo suficiente entre paseo y paseo), un perro recién salido de la protectora o un sénior cuya vejiga ya no es lo que era… Hay una decena de posibilidades (o más), pero lo que es obvio es que, si hay un pis en el suelo, en la alfombra o el sofá… ¡toca limpiarlo!
Si todavía no sabes cómo enseñar a tu cachorro a hacer sus necesidades donde debe, te recomendamos que leas el artículo que hemos enlazado aquí: contiene la información imprescindible para enseñar a cachorros y a perros que no han vivido nunca en casas.
Javier
Productos eficaces para limpiar la orina
Para limpiar orina nunca uses lejía o amoníaco (luego te explico por qué),sino detergentes enzimáticos específicos para eliminar la mancha y el rastro de olor que deja el pis del perro. Desde nuestro punto de vista, aquello en lo que nos centramos como humanos es en hacer que las manchas desaparezcan, ¿verdad? Tiene lógica, lo que molesta es el olor, pero también la mancha en sí «a nivel visual». Sin embargo, los detergentes “tradicionales” pueden no eliminar la huella olfativa del perro, por lo que se mantiene un rastro (ya sabes, los perros tienen un olfato muchisísimo más desarrollado que nosotros).
A diferencia de la lejía o el amoníaco, los detergentes enzimáticos conseguirán eliminar mancha y rastro por completo. No obstante, en España habrá unas marcas y en Latinoamérica otras, así que lo mejor es preguntar en el supermercado. Aun así, sin intención de hacer publicidad gratis, yo conozco Kalia Oxiaction, Envii Pet Fresh, Nitrox-Pet o Simply-Solution que rondarán los diez euros el litro. Un remedio más casero, pero muy efectivo, es mezclar vinagre con bicarbonato para eliminar la huella olfativa también.
Por descontado, como indicaba al inicio del artículo, el uso de limpiadores y el pis en casa (excepto en perros ancianos para los que, probablemente, haya que compaginar con otras soluciones) debe ser una fase tanto en cachorros como en perros adultos que están adaptándose, pero la solución es enseñar a tu perro a orinar en la calle.
¡NUNCA lejía ni amoníaco! (para limpiar orina)
Al inicio del artículo he mencionado que la lejía y el amoníaco están contraindicados para la limpieza de orín. Pero ¿por qué? Esto es algo que, hasta hace poco, no se explicaba demasiado y es tan sencillo como que la lejía es un detergente amoniacal (y el amoníaco es amoníaco) y la orina contiene amoníaco. O sea, si limpias con este tipo de detergentes, el perro puede verse atraído por la huella olfativa que desprenden y hacer pis donde has limpiado, generando un círculo vicioso en el que tú limpias porque se ha hecho pis ahí y el hace pis porque has limpiado con detergente amoniacal. Cuanto más limpias con ese tipo de detergente, más claro le dejas que ese sitio es adecuado para hacer pis y consigues justo lo que estabas intentando evitar.
A su vez, los productos típicos de limpieza pueden no ser efectivos porque no eliminan la huella olfativa (no contienen enzimas para combatir el olor) y, en algunos casos, pueden incluso tener un efecto similar a la lejía o el amoníaco. En cualquier caso, no te compliques: por unos pocos euros, las ventajas de los detergentes enzimáticos son enormes.
Nuestra amiga Lau Palau, fotógrafa de mascotas, vuelve al blog para explicarnos algunos trucos para hacer fotos chulas a nuestros perros.
Hoy vamos a hablar sobre algunos truquitos básicos para conseguir que tu perro sea más participativo cuando quieras hacerle algunas fotos. Conseguir que no salga corriendo nada más llegar a la ubicación que has elegido y captar su atención son los dos puntos más importantes a los que nos enfrentamos en estas situaciones.
3 consejos básicos para fotografiar a tu mascota más fácilmente
#1. Un perro cansado es un perro (más) tranquilo
No hace falta que vayas a correr una maratón con tu perro antes de poder hacerle unas fotos, pero sí es importante que le ayudes a quemar energía antes de la sesión. Esto es especialmente necesario para perros cuya educación es más relativa/escasa: si sabes que es complicado que tu perro no salga corriendo en medio del parque, hacer algo de ejercicio con él irá de fábula para que tenga menos ganas de juerga durante la sesión.
Y, como te decía, no es necesario centrarse en ejercicio físico: los juegos de olfato o diferentes actividades de estimulación mental pueden suponer el desgaste necesario para que tu perro no esté a tope de energía durante la sesión.
#2. No olvides su juguete preferido
Cuando queremos fotografiar a un perro los juguetes cobran especial importancia. En primer lugar porque nos permiten captar su atención e inmortalizar divertidas expresiones mientras intentan coger la pelota al vuelo o persiguen su juguete preferido. Y, en segundo lugar, porque para muchos perros no hay mejor recompensa a estar quietos posando que recibir su pelota para poder jugar un rato. Eso sí, si no quieres que la sesión de fotos de tu mascota se convierta en una hora de juegos para tu perro, ¡asegúrate de que sabe coger y soltar objetos a tu orden!
El entorno juega un papel crucial a la hora de hacer una sesión de fotos para tu mascota. No es lo mismo hacerle fotos en el jardín de casa que en la playa, en el parque o en plena ciudad. Y, por supuesto, tampoco es lo mismo disparar a las 9 de la mañana que a las 7 de la tarde. Cambiarán las condiciones de luz, ¡pero también el estado del entorno! Si quieres hacer las fotos en un parque, debes ser consciente de que en algunas horas habrá muchísima más gente que en otras, por ejemplo.
Esto puede influir, y mucho, en el comportamiento de tu perro: cuantas más personas, coches o perros haya alrededor, es decir, cuanto mayor sea el número de distracciones, más complicado será mantener la atención de tu compi durante la sesión.
Relájate: ¡solo es una sesión de fotos!
Cuando los guías afrontan la decisión de hacer una sesión de fotos a su mascota, es habitual que se preocupen más por el comportamiento del perro —que se siente, que se quede quieto, que no salga corriendo— que por la diversión en sí misma. Quizá tu perro no sea el más obediente del mundo, ni el más tranquilo, pero el objetivo de una sesión de fotos con tu mascota es capturar su personalidad. Déjale libertad para jugar y para relajarse (¡aunque sea a su manera!) y podrás conseguir hilarantes momentos que reflejen con toda fidelidad su manera de ser.
¿Qué dirías que es lo más importante de nuestra relación con los perros? ¿Tiene que ser equilibrada? ¿Basada en conceptos que se han mostrado poco aplicables en la relación humano-animal como la sumisión y la dominancia? ¿Acaso la permisividad debe tener límites?
El vínculo sano con tu perro… por encima de todas las cosas
Para nosotros, hay tres puntos fundamentales: debemos sentirnos cómodos (i), deben existir una serie de pautas o reglas marcadas (ii) y debe priorizar el vínculo por encima de todas las cosas (iii); porque sin vínculo, ninguna relación puede ser sana.
Cuando hablamos de vínculo (afectivo) estamos intentando describir el sentimiento que un animal tiene por otras personas o animales, el placer por tenerlos cerca y otras acciones que resultan estimulantes. Cuando hablamos de vínculo, tendemos a creer que hablamos sobre nosotros, y, sin embargo, el protagonista es nuestro perro. Construir un vínculo es parte de dos, pero ¡no solo eso! ¡Es la base de tu relación con él o ella! Es la manera más natural (y animal) de conseguir que tu perro te haga caso y sea feliz: ¡pasarlo bien estando juntos! Cada persona usará palabras distintas para describir un vínculo sano con su perro, pero, para nosotros, es una combinación de respeto y admiración mutua.
¿Qué significa el párrafo anterior sobre el vínculo perro-persona?
Que la mayor parte de nuestras interacciones sean positivas.
Que seamos divertidos e interesantes para nuestros perros.
Que lo pasemos bien juntos.
En definitiva, que seamos su referente: su lugar seguro.
¿Qué NO significa el párrafo anterior?
Que nos pasemos el día regañando y generando incomodidad.
Que engañemos a nuestros perros (lo más típico es reñir tras llamar a nuestro perro, o engañarle para irnos del parque, ¿os suena esto?).
Que prestemos una atención excesiva.
La lista podría ser mucho más larga, claro que sí, pero solo quería plantear algunos ejemplos para recordar que (1) el perro es un ser independiente que vive con nosotros (2) y sabe tomar decisiones propias (3); como guías está bajo nuestra responsabilidad (de ahí la necesidad de una serie de reglas básicas de convivencia), pero es importantísimo que esté con nosotros y quiera estar con nosotros (de forma natural).
Por esto, sea un perro adulto o un cachorro, si tiene un problema que él puede gestionar, no deberíamos intervenir; ¿y cuando tenga un problema que no sabe cómo solucionar? Que sepa que puede contar con nuestra ayuda. Eso es un vínculo sano: un vínculo de calidad que implica sincronía, mutualidad, apoyo emocional, actitud positiva y estimulación, como decía Patricia Guerrero en uno de sus vídeos de YouTube.
Cuatro palabras mágicas para un vínculo sano con tu perro
Todo lo anterior parece un embrollo de tres pares, ¿verdad? De acuerdo, vamos a intentar aclararlo con cuatro conceptos: equipo, reglas, independencia y supervisión.
Equipo, somos dos
A menudo, se suele ver la relación con nuestros perros en términos de sumiso y dominante, donde nosotros debemos estar por encima y el perro acatar y poco más. Esto viene de la (mal entendida) Teoría de la dominancia y de obviar el hecho de que una manada —simplificando— no es más que una familia. En Dog Ventura, creemos que el guía no tiene por qué comportarse como un «macho alfa» con los perros con los que convive —porque, para empezar, no es un perro—, sino como un padre/madre, que será quien dicte unas reglas justas para beneficio del grupo.
Reglas justas para beneficio de todos
¿Esas reglas no nos convierten en El Líder De La Manada™? No, nos convierten en el referente para nuestro/s perro/s, la figura que enseña y marca unas reglas para la seguridad y el beneficio de todos. Y, sobre todo, nos ayudan a entender que no hay un rol más importante que otro: un maestro no es nada sin alumnos, y un alumno no es nada sin un maestro, ¿verdad?
Y aquí me desvío un poco, porque, en las reglas, es donde se generan muchos de los conflictos que afectan al vínculo sano con nuestros perros.
Porque…
Muchas veces pinchamos por la comunicación: ¿estamos seguros de que nuestros perros entienden lo que queremos?, ¿y estamos seguros de que estamos entendiendo lo que nuestros perros nos están diciendo? ¿Conocemos el lenguaje gestual canino? Es maravilloso poder comunicarse con otra especie, pero ¿estamos seguros de que estamos esforzándonos una milésima parte de lo que lo hacen ellos?
Otras, se nos olvida aquello del respeto, la confianza y la paciencia. Un buen vínculo es sinónimo de tiempo de trabajo, de diversión, de horas, días, semanas y meses. Deberíamos preguntarnos: ¿recurrimos a la imposición por la fuerza o a los castigos físicos? ¿Tenemos paciencia para enseñar y educar a nuestros compañeros? ¿Confiamos en ellos en casa, en la calle, sueltos?
En relación con el punto anterior, ¿estamos seguros de que no reñimos mucho más de lo que felicitamos? ¿Qué nos parecería a nosotros que nuestros familiares solo se comunicaran con nosotros para gritarnos “noes” y discutir? Menudo coñazo sería, ¿verdad?
¿Y cuánto tiempo dedicamos a estar juntos de buen rollo? Jugando a la pelota, paseando, cepillándole o acariciando. ¿No tendremos una relación mucho más descompensada de lo que creemos?
Un buen vínculo depende de los dos, pero sobre todo depende de ti, como guía, que eres quien puede organizar tiempo de calidad juntos para ir a la montaña, pasear por la ciudad, quedar con otros perros y personas o estructurar un día a día lleno de juego, deporte, descanso y seguridad. Sobre esto, ya hablo Félix en un artículo anterior (tienes el enlace al principio del artículo), así que no me extiendo, sino que vuelvo a los dos puntos que me faltaban por tocar: independencia y supervisión.
Colegas, pero que corra el aire: independencia y supervisión
Incluso los mejores amigos no quieren estar las 24 horas juntos, ¿verdad? El perro sí, y por eso es la hostia. Pero que esté contigo (cerca de ti) no significa que no quiera oler otros culos y jugar con otros perros. Educamos a nuestros perros y estipulamos unas reglas por su seguridad, pero ¿seguro que no nos olvidamos de que el objetivo es conseguir un perro más autónomo? Un perro que pueda quedar en casa tranquilo, que pueda correr suelto en el parque, que pueda ser más perro. Aquí, para mí, entran los dos conceptos que habían quedado por explicar: independencia para que un perro sea perro, se comunique y juegue con otros miembros de su especie, corra, salte, huela, lama, yo qué sé, ¡que haga cosas de perro!
Y supervisión activa por nuestra parte, para prever posibles problemas de nuestro perro hacia el entorno y del entorno hacia nuestro perro; poder mantener nuestro papel como referente sin necesidad de que eso se traduzca en un control rígido hacia el perro ni en una dependencia constante del animal hacia nosotros, que puede llegar a derivar en cosas tan feas como el hiperapego o la reactividad.
Muchos educadores/as dicen: ¡busca el movimiento de cola de vuestro perro para saber que se lo pasa bien contigo! Es cierto, pero también es la “frase bonita”. Nosotros decimos: implícate en la educación de tu perro, estudia el lenguaje canino, apréndete las señales de calma y advertencia y, sobre todo, estate atento a las mil formas (mirada, juego, cola, lametazos, incluso ladridos y muchas cosas más) con las que tu perro te dice “¡Gracias por ser tan guay!”, porque ahí es donde se encuentra un vínculo sano, en un perro que tiene todo un mundo de estímulos delante y decide quedarse a tu lado para que los descubráis juntos.
Este vídeo (divulgativo) explica 10 señales para saber si tienes un vínculo fuerte con tu perro y si eres un referente y una base de seguridad para él o ella.
De la mano de Lau Palau – Fotografía de mascotas te traemos algunos consejos para hacerle fotos a tu perro. ¿Te animas a probar con las órdenes que te ayudarán con la fotografía más perruna?
¿Alguna vez has querido hacer una foto a tu perro y no ha habido manera de que lo consiguieras? Más allá de hacer una instantánea, tener una foto resultona de tu compi requiere de algunos trucos que te harán la vida más fácil. Hoy quiero explicarte qué 4 órdenes utilizo habitualmente para hacer fotos perrunas.
Aprende cómo enseñar a tu perro a hacer cada una de estas habilidades y verás cómo te es mucho más fácil hacerle fotos con un look más profesional. Y no solo eso: ¡también te serán muy útiles en vuestro día a día!
Órdenes que te ayudarán a hacer mejores fotos a tu perro
Si le enseñas estas órdenes de obediencia básica a tu perro podrás hacerle fotos con mucha más facilidad. Además, te permitirán plantear escenas más creativas, ya que tu compli será más colaborativo. ¡O, por lo menos, no saldrá corriendo cada vez que saques la cámara!
#1. Sentado
Es la posición más típica para hacer fotos a tu perro. Especialmente para los retratos, conseguir que tu perro se siente y pose para ti es ideal, ¿verdad? Esta es, quizá, la orden que más perros conocen en el mundo. Sin embargo, mucha gente intenta que su perro aprenda a sentarse de la forma equivocada: presionando un poco sobre las patas traseras para conseguir que se siente es la manera más habitual de conseguirlo. También hay quien le repite “sienta”, “sienta”, “sienta” al perro de forma incansable. ¡Como si le entendiera!
La mejor manera de enseñar a tu perro a sentarse es utilizando su propio idioma:el lenguaje corporal es muchísimo más eficaz a la hora de comunicarse con los perros.
#2. Tumbado
Otra posición muy típica, sobre todo en fotos de estudio. Con el comando “tumbado” podrás pedir a tu perro que se tumbe en el suelo o sobre una superficie (un sofá, una mesa… ¡échale imaginación!). El procedimiento para enseñar a tu perro a que se tumbe es el mismo que para que se siente, pero con un pequeño cambio, como has visto en el vídeo anterior.
Una pose divertida y muy fácil de enseñar. Cuando el perro esté sentado, posiciona un premio sobre su cabeza y verás cómo se incorpora sobre las patas de atrás para cogerlo. El truco consiste en no poner el premio demasiado arriba: si lo haces, el perro se levantará. Para que se mantenga sentado y simplemente levante las patas delanteras, debes poner el premio más o menos a un puño por encima de su cabeza.
Enseñar este comando a tu perro es ideal para hacer robados más interesantes. Al aprender esta orden, tu perro te mirará cada vez que se lo pidas. Es perfecto para aquellas escenas en las que no tienes al perro de frente pero quieres que salga mirando a cámara. También puede ser útil si el comando lo utiliza otra persona, como en esta foto de Okami en la que fue el guía quien le llamó para captar su atención.
Espero que estos 4 trucos te sean muy útiles y consigas hacerle fotos mucho más chulas a tu perro. Y, además, ya verás cómo trabajar con él o ella para que aprenda estas órdenes te ayuda a tener un vínculo mejor y os lo pasáis en grande delante y detrás de las cámaras.
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